Es bien conocido el alto voltaje que se suele vivir en las gradas en los partidos más calientes del basket griego. En no pocas ocasiones el baloncesto heleno ha sido triste protagonista por trifulcas y otro tipo de circunstancias que superan lo estrictamente deportivo. Pero lo vivido en la previa del primer encuentro de la final de la liga griega entre los eternos rivales Olympiacos y Panathinaikos supera todos los límites conocidos. Un grave salto cualitativo que debe llevar a una profunda reflexión en el mundo del basket de aquel país que sufre una convulsa situación social que también ha podido repercutir en que los ánimos estén especialmente exaltados.
La plantilla y el cuerpo técnico del Panathinaikos se desplazaba en autobús al Palacio de la Paz y La Amistad para disputar el primer encuentro de la final de la liga griega cuando sufrió un salvaje ataque de seguidores radicales de Olympiacos. Estos se liaron a pedradas con el vehículo que transportaba a Panathinaikos, utilizando para ello piedras de un tamaño más que considerable. Fruto del ataque el autobús sufrió la rotura de sus lunas. Pero la cosa no quedó ahí. Los jugadores del club del trébol verde Stratos Perperoglu y Steven Smith sufrieron heridas a causa del impacto de los cristales rotos y tuvieron que ser atendidos en un centro hospitalario por heridas en los ojos.
Todo parece responder a una bestial venganza de los hooligans de Olympiacos por otros hechos violentos sucedidos durante la Final Four de la Euroliga, que tuvieron como tristres protagonistas entonces a los seguidores más radicales de Panathinaikos y como víctimas a hinchas de Olympiacos desplazadas al evento celebrado en Estambul.
Tras estos tristes hechos se ha suspendido la celebración de este primer partido de las series finales, aplazándose su disputa. Y veremos como y en que circunstancias se acaban disputando estas finales.