El caso de Shannon Evans y Valencia Basket es digno de estudio. Los taronja publicaron en enero la gran noticia de la incorporación del base norteamericano hasta el verano de la temporada siguiente. La situación extrema que vivía la enferemería valenciana en general, pero, sobre todo, en la posición de base obligó a la directiva a buscar un jugador de calidad para los mandos de juego.
Martin Hermannson, Sam Van Rossom y Jared Harper se encontraban de baja, mientras que Chris Jones, recientemente renovado, venía de sufrir molestias a causa de una tendinitis. El canterano Guillem Ferrando, repescado de su cesión en Melilla, era la única pieza disponible al 100%, aunque un mes después del fichaje de Evans sería enviado a Albacete en otra cesión.
Evans llegó a Valencia con una reputación de estrella, siendo el líder ofensivo del Real Betis y pretendido por cubles importantes como el Real Madrid. El Valencia luchó por bajar el precio de su fichaje y logró obtener a un jugador con unos números que lideraban las listas estadísticas de la Liga Endesa. 21 puntos con un 44% en tiros de campo, 5.6 asistencias y 17.3 créditos de valoración, con más de 20 créditos en sus últimos siete partidos como verdiblanco. Unos números que confirmaban su estatus tras una gran pasada temporada con los béticos. La ilusión por su fichaje en Valencia se hizo de notar y se esperaba que sumara en algunas de las carencias que los taronja sufrían en ataque. De hecho, en el partido que debutó en Euroliga dejó algunas jugadas en poco tiempo que encendieron La Fonteta.
¿Quedan cuatro segundos para que termine el cuarto?
— DAZN España (@DAZN_ES) January 31, 2023
Queden los segundos que queden no es probelma para Evans
Se cruza el campo entero y lo mete desde su casa @valenciabasket #EuroligaDAZN pic.twitter.com/Oexu1x658V
Sin embargo, la historia está siendo muy distinta. En la última derrota del Valencia en Euroliga ante el Estrella Roja, que les dejaba sin posibilidad de jugar los Playoffs, el americano tan sólo jugó 8 segundos. Un paupérrimo tiempo en pista para un jugador de su nivel y que ya había disputado 16 encuentros bajo las órdenes de Álex Mumbrú. Una situación que no escapa de la rutina desde su llegada a la Ciudad del Túria, donde promedia 4.2 puntos con un 33.8% en tiros de campo, 2 asistencias en 13 minutos de juego, 19 minutos menos de lo que jugaba con el Betis.
Como expuso Racó Taronja, su vaga inserción en la rotación de Mumbrú tiene algunos aspectos contextuales que explican la situación, sin embargo, con los últimos malos resultados del equipo, en la parroquia taronja hay incertidumbre sobre su poco aprovechamiento. El contraste de roles de Evans entre los dos equipos es claro. La diferencia iba a estar sí o sí, ya que el base era el segundo jugador con más porcentaje de uso (32.1% según RealGM) de la ACB.
El propio jugador ya era totalmente consciente del bajón de protagonismo ofensivo que iba a tener, diciendo él mismo que "Mumbrú quiere que sea un generador de juego". El plantemaniento en Valencia, típicamente, aboga por el juego coral y en equipo, escapando de individualidades que tiren a solas del carro, aunque esta tendencia ha cambiado este año con la irrupción de Jones y Harper, dos jugadores que también parecía que iban a estar más partidos de baja, pero que se recuperaron antes de lo esperado, dejando sin posibilidades a Evans.
Foto de portada: Vicente Vidal / Icon Sport