
Shane Larkin, ‘on fire’. Que estamos en la mejor y más dura Euroliga de la historia es un hecho. Que hoy en día la competición continental cuenta con un plantel de estrellas digno de admiración, también. Que Shane Larkin es hoy por hoy el rey de esta Euroliga es una verdad tan grande como la ‘Mezquita Azul’ de Estambul. El ex de Baskonia y de Boston Celtics está a un nivel superlativo. La competición se le queda pequeña, y lo demuestra día a día, partido a partido, exhibición a exhibición. Más de 22 puntos por partido, y subiendo. 49 la jornada anterior, dejando su nombre plasmado en la historia.
‘Houston, tenemos un problema’ Uno, o más bien muchos. Baskonia es hoy por hoy un equipo absolutamente desdibujado. Sin rumbo, sin ideas, sin sistemas, sin acierto… Por no tener, Baskonia últimamente ya no demuestra ni los atributos que históricamente han hecho destacar a este humilde club de Vitoria. Caáracter, lucha, entrega, sacrificio, pelear hasta el final… eran sensaciones que Baskonia siempre transmitía, daba igual el rival y el resultado. Últimamente en escasos partidos hemos podido ver al Baskonia de siempre.
Los números hablaron por sí solos: Un proverbio latín dice lo siguiente; ‘verba volant scripta manent’. Yo, un humilde cronista, podría dejaros aquí mi opinión del partido, pero prefiero redirigiros a las estadísticas del partido, y hacer junto a ustedes un análisis de ellas. 27 asistencias de Efes por 17 de Baskonia, ejemplo de la fluidez y automatismos de un equipo y otro. Al termino de los primeros 30 minutos, 44 créditos de valoración de Baskonia por 100 del conjunto turco. En los primeros 2 cuartos, 5 faltas tan solo cometidas por Baskonia, reflejo de una carencia de intensidad. 6 jugadores de Efes por encima de los 10 puntos, por tan solo 3 de Baskonia. Sinónimo de un equipo coral y otro que se basa en individualidades. 78% de acierto de Efes en tiros de dos, y 47% en tiros de tres. Dejando a un lado el descomunal talento de los turcos, los indicios de que la defensa de Baskonia no ha sido la mejor están ahí.

Llegaba al Fernando Buesa Arena el líder de la Euroliga. El todopoderoso transatlántico que esta deslumbrando allí por donde va. Volvía a Vitoria Shane Larkin. Jugador que desde el primer día conectó de maravilla con la parroquia ‘baskonista’, y que llegaba a la capital alavesa tras haber cuajado la mejor actuación individual de un jugador en la historia de la competición continental. 49 puntos y 10/12 en triples realizó el estadounidense la jornada anterior, ¡casi nada!
Siguiendo con la terminología náutica, Anadolu Efes parecía un crucero navegando a velocidad vertiginosa, mientras que Baskonia simplemente era un barco velero navegando sin rumbo y a la deriva en un mar de dudas. Poco, por no decir nada, tardaron los turcos en abrir hueco en el marcador. Los más impuntuales en entrar al Buesa ya llegaron con el marcador indicando una clara ventaja a favor del equipo dirigido por Ergin Ataman. 16-26 finalizaba el primer cuarto, y en el pabellón se presagiaba ya lo peor. Pese a ese primer estacazo de los turcos, Baskonia no reaccionó, y rápidamente Efes puso el 18-37 en el marcador. Resultado que, todavía con 27 minutos por jugarse ya echaba prácticamente el cierre al partido.
35-55 al descanso, y con ello todo el pescado vendido. Baskonia fue a la lonja a por género, pero allí ya no quedaba absolutamente nada. Ni un mínimo atisbo de poder darle la vuelta al marcador, ni un pequeño amago de remontada. Nada, absolutamente nada. Solo Shengelia y Stauskas, haciendo la guerra por su cuenta conseguían maquillar algo el marcador, y posponer el bochorno. Sin embargo, la segunda parte tubo poco de reseñable. Agonía lenta y dolorosa para los locales y su parroquia, y fiesta coral para los visitantes. Shane Larkin se exhibía jugando a medio gas, y emergían jugadores como Sertac Sanli para terminar con 18 puntos y 9/9 en tiros de campo.
Lo más destacado de esta segunda parte fue la pitada que la afición del Buesa Arena propinó a sus jugadores, cuerpo técnico y directiva, muestra del hartazgo y desilusión que se está viviendo este año en Gasteiz.


