1. LA AUSENCIA DE STEFAN MARKOVIC. El Zenit St. Petersburgo es un equipo muy distinto cuando no cuenta con la participación del base Stefan Markovic, uno de los mejores directores de juego de Europa. La ausencia del serbio supone que el equipo de Karasev pierda criterio en ataque. Ello pudo verse en algunas fases del encuentro, convertidas en un correcalles con múltiples errores y pérdidas de balón, o en otras en las que Janis Timma parecía el protagonista de un videojuego que quiere chuparse él solo todos los tiros.

2. EL MORBO DE MBAKWE. No podemos negar que el partido, más allá de saber los puestos de la clasificación, tenía cierto morbo e interés en ver el rendimiento de Trevor Mbakwe, el jugador que Unicaja cortó al principio de temporada alegando problemas en la rodilla. En el Zenit se reencontraría con otros dos exjugadores de Unicaja, Ryan Toolson y el mencionado Stefan Markovic. El partido de Mbakwe no fue nada malo, resultando una pesadilla en el rebote ofensivo para los que habían sido sus efímeros compañeros. Sus números: 5 puntos, 9 rebotes (5 ofensivos), 2 asistencias, 2 robos, 1 tapón y 13 de valoración en poco más de 24 minutos.

3. EL SUPLICIO DE LOS TIROS LIBRES Y EL REBOTE. Ya se quejaba de ello Joan Plaza en la rueda de prensa posterior al partido de Liga Endesa contra Valencia Basket, asegurando que una de las claves de la derrota de los malagueños había sido la enorme cantidad de tiros libres fallados por sus jugadores (12, con un porcentaje del 50%) y los rebotes perdidos. Y cuatro días más tarde, vuelve a repetirse la situación desde la línea, con 5/11 y un porcentaje aún peor (45%). Y lo mismo puede decirse del rebote (41-28 para el Zenit, que capturó 16 ofensivos), un aspecto que resulta paradójico, pues Unicaja estaba siendo uno de los mejores equipos en esta categoría en el inicio de temporada, y desde hace unas semanas, es superado por todos sus rivales.

4. TIRAR UNA VENTAJA POR LA BORDA. Unicaja se fue con diez puntos de ventaja al descanso (34-44), lo que parecía dar esperanzas a la posibilidad de quedar segundo de grupo, y así evitar al Valencia Basket en el TOP16. La anotación de Jamar Smith (14 puntos al descanso) y los robos de Alberto Díaz habían permitido tomar esta ventaja, pero los buenos porcentajes de tiro de Unicaja (60% en tiros de 2 y 50% en triples al descanso) se fueron por la borda en la continuación. El tercer cuarto fue un calvario para los malagueños, que sólo fueron capaces de anotar 9 puntos en todo el cuarto (4/13 en tiros de 2 y 0/6 en triples, un 21% en tiros de campo).

5. LOS TRIPLES DE TIMMA. El alero letón Janis Timma se pasó el partido tirando un triple tras otro. Muchos de ellos, especialmente hasta el descanso (3/9 llevaba entonces), parecían una lotería. Dos triples suyos seguidos al inicio del último cuarto dieron las primeras ventajas a su equipo (59-55). Timma se creció y asumió el protagonismo, hasta llegar a lanzar la friolera de 17 triples (7/17 al final del encuentro). Acabaría el encuentro con 33 puntos, 10 rebotes y 36 de valoración, y ninguno de sus pares fue capaz de frenar una exhibición que, en ocasiones, pudo llegar a parecer excesivamente individualista.