Impresionante el ambiente y el color de la Fonteta para disfrutar y sufrir el decisivo partido de la final de la Eurocup. El jugar en casa ha sido decisivo hasta el momento en este enfrentamiento y la afición taronja iba a poner todo de su parte para que así siguiera siendo.
Estos dos equipos han llegado a conocerse muy bien en esta temporada y por ello Pedro Martínez buscaba sorprender: Oriola y Thomas en el quinteto titular por Sikma y por la gran estrella de Valencia, Dubljevic. Pero Unicaja no se iba a dejar intimidar ni por el ambiente ni por la sorpresas tácticas. Los malagueños son un equipo con mucho corazón, como el que tiene su base, Alberto Díaz, que con 5 puntos seguidos y una asistencia, además de comandar como siempre la defensa, puso las primeras ventajas para su equipo. Parcial de 2 a 10 para mostrar en este inicio de partido que hoy se iba a ver una gran batalla como la de los anteriores partidos.
Un par de canastas más con la firma de Díaz otra vez y Nedovic, obligaron a Martinez a pedir su primer tiempo muerto y a meter a Dubljevic y a Sastre a los 6 minutos del primer cuarto. El efecto fue inmediato: canasta del pívot montenegrino, dos triples seguidos de Joan y otro dos seguidos de Bojan, más otra canasta. 22-18 con un parcial de 16 a 4 a favor de los locales para finalizar el primer cuarto.
El reciente máximo anotador histórico comenzó el segundo cuarto con el mismo dominio. Una canasta suya y otra de Rafa aumentaron el parcial a 20-4 y Joan Plaza tuvo que pararlo con un tiempo muerto. Como había hecho contra el Hapoel, la defensa valenciana dejó sin anotar a los malagueños durante casi cinco minutos. Y cuando llegó la primera canasta de los visitantes en el cuarto, por medio de Omic, volvieron a subir líneas como en un taponazo de Oriola a una penetración de Nedovic.
Si los locales no conseguían distanciarse más allá de los 10 puntos de máxima fue porque su ataque se atascó al sentarse Bojan y cuando volvió a entrar encontró un duro y concentrado rival enfrente. El duelo entre Omic y Dubljevic echaba chispas, cada uno cometía falta sobre el otro. En estos minutos, el pívot de Unicaja le ganó la partida al montenegrino sacandole la segunda falta con un 2+1, aunque no convirtió el tiro libre, y con varias buenas defensas.
Espoleados por ese duelo individual y por la garra de Brooks y Diaz cortocicuitaron por completo el ataque taronja y a base de tiros libres consiguieron dejar el marcador en 33-30 al descanso en un cuarto eminentemente defensivo: 11-12. Las espadas continuaban por todo lo alto para la batalla definitiva de la segunda mitad.
Nuevos actores querían aparecer en la final, y la segunda parte comenzaba con protagonismo ofensivo de Saneme y Smith, desaparecidos en la primera, sumándose a los líderes, Dubljevic y Díaz, que seguían anotando para sus equipos. Valencia recuperaba el acierto y endosaba otro parcial de 12-5 culminado por un triple de Van Rossom que provocaba otro tiempo muerto de Plaza. Pero no tuvo el resultado deseado, ya que Saneme amplió la ventaja a 12 con su séptimo punto del cuarto.
Un nuevo triple de Van Rossom amenazaba con romper la final, pero Dani Díez contestó con otro y después fue Carlos Suárez el que con una canasta de dos acercó a su equipo a 7 puntos. La tensión se podía cortar con un cuchillo por las ganas de ganar de los dos equipos y eso llevó a una pequeña tangana provocada por un enfrentamiento entre Rafa Martínez y Nedovic. Los árbitros, tras revisar el instant replay, decidieron expulsar a Omic de forma excesivamente rigurosa en la aplicación del reglamento. Las cosas se ponían dificiles para los malagueños que se quedaban con el inexperto Okouo como único pívot puro a 1:53 para acabar el cuarto. La pareja interior en cancha era Suárez y Brooks, de lo que se aprovechó Sato para con un 2+1 en un palmeo dejar 11 arriba a su equipo al final del tercer cuarto.
Unicaja no iba a tirar la toalla y con dos triples de Dani Díez se ponía a 5, pero tenia que pelear contra viento y marea por su inferioridad en centímetros. Hasta cuatro rebotes ofensivos en una misma jugada consiguió el Valencia. Pero como decíamos eso no hizo mella en su ánimo y su defensa como jábatos (no hay mejor definición en este caso) sumado a un triple de Smith y dos puntos de Brooks puso el empate en el marcador a falta de 3:30 para el final.
Un nuevo triple de Smith ponía tres por delante a un sorprendente Unicaja. Su ejercicio de fe daba la vuelta a la final cuando más difícil lo tenía. Valencia no conseguía anotar desde la canasta inicial del cuarto y el parcial aumentaba a 18-2 con dos tiros libres de Alberto Díaz.
Dubljevic rompía el monumental atasco de los taronjas con dos tiros libres y una buena defensa posterior dejaba a Valencia a tiro de tres. Pudieron empatar a falta de 47 segundos pero Van Rossom falló un tiro claro. Unicaja jugó una posesión larga y falló su tiro. Pedro Martínez pidió tiempo muerto a falta de 19 segundos con posesión para Valencia y tres abajo en el marcador. La jugada estaba diseñada para un triple de Rafa Martínez y parecía que salía bien, pero Brooks apareció de la nada para taponar y hubo falta sobre Nedovic en la recuperación. El serbio solo anotó uno pero fue suficiente ante el fallo posterior de Valencia y la falta de tiempo.
Dicen que la fe mueve montañas y eso fue lo que hicieron los jugadores de Unicaja desde la expulsión de Alen Omic. Sin pívots y sufriendo en el rebote, imprimieron una intensidad salvaje en defensa, llegando a todas partes y peleando todos los balones hasta erosionar las montañas de Valencia. Los taronja por su lado, se vinieron abajo y no supieron jugar en este escenario, anotando tan solo cuatro puntos en el último cuarto.
Pero eso no desmerece el papel del Valencia. Uno tenía que ganar esta gran última batalla de esta emocionante e intensa guerra baloncestística que nos ha dejado un gran espectáculo. Dos grandísimos equipos que se merecían el premio final y se lo llevó un grandísimo Unicaja que nunca dejó de creer.
Unicaja consigue un título que vale doble por alcanzar la Euroliga y Joan Plaza se reivindica como uno de los grandes entrenadores del panorama nacional a pesar de vivir siempre en la división de opiniones de sus aficionados.
Pero el verdadero ganador de esta espectacular final ha sido el baloncesto español. Los dos equipos nos han brindado una final con unas dosis de intensidad, emoción y espectáculo dificiles de igualar.


¡¡¡CAMPEONES DE LA #7DAYSEuroCup!!!! Porque una cosa está clara #MálagaNoSeRindeNunca #UnicajaCampeónEuroCup pic.twitter.com/oJg7BdDrIQ
— UnicajaCB (@unicajaCB) 5 de abril de 2017
.@unicajaCB, let it rain!!! pic.twitter.com/oBw8T2K1yj
— EuroCup (@EuroCup) 5 de abril de 2017