
Visita la competición continental el Príncipe Felipe tras varios años del equipo zaragozano en el ostracismo y lo hacía con la resaca liguera en el ambiente tras la valiosa victoria conseguida el fin de semana.
Parecía que Casademont Zaragoza estaba pagando el peaje del esfuerzo realizado el pasado domingo y Falco Szombathely ponía una pequeña en el marcador rápidamente (4-12) y no se veía a los locales recuperar ese juego rápido y de transición excepto algunas jugadas contadas donde la defensa aparecía para recuperar los balones. Esos pequeños destellos de esfuerzo se plasmaban en una recuperación en el marcador, pero un resultado final muy escaso, debido en buena parte a que no anotaban ninguno de sus intentos desde el triple (14-16).
El segundo cuarto comenzaba como una copia exacta de todo lo que habíamos estado viendo a lo largo de los primeros 10 minutos: dos equipos sin idea alguna a la hora de realizar su juego y con una capacidad casi nula para poder producir puntos. Krejci y Perl se alzaban a lo largo del cuarto como los comandantes de los maños y de los húngaros para poder dar algo de fluidez al balón, pero que ni con esas lograban maquillar uno de los peores cuartos vividos en Zaragoza en esta “era Fisac” por ambas partes, y aún con todo el equipo rojillo conseguía ponerse por delante en el marcador (33-28).
“Can I have this dance Zoltan Perl?”
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La desidia y la falta de intensidad vivida en la primera mitad parecía haber desaparecido por lo mostrado en las primeras jugadas de este tercer cuarto y ese acierto y esa velocidad en el juego hacían prever una segunda parte muy bonita, pero resultaba ser un oasis en un desierto de errores y fallos que continuaría a lo largo de los 10 minutos y sin apariencia alguna de que la intensidad y el acierto al partido fuese a llegar en algún momento, contagiando incluso a una grada que estaba muy apática, algo nada común en esta plaza. Dos arreones finales maquillarían el marcador final al finalizar el tiempo reglamentario y que dejaban la diferencia a favor de Casademont Zaragoza en tan sólo 5 puntos a favor con los que llegar al último periodo (53-48).
Falco Szombathely quería que esa apatía vivida a lo largo del encuentro se terminase rápidamente, así que despertarían de un largo letargo para no sólo poner contra las cuerdas a Casademont Zaragoza, sino para ponerse por delante en el marcador y llevar la manija del encuentro. Por más que los minutos pasasen, se veía un intercambio de golpes entre ambos equipos que no auguraba nada positivo para los intereses locales pero, a falta de 2 minutos para el final, cuando la idea de la derrota se encontraba más cercana que nunca, la defensa zaragozana despertaba para realizar varias acciones de mérito y podía de nuevo empatar el partido. Las últimas acciones del partido estuvieron protagonizadas por Radovic y por Perl, llegando los maños a ganar a falta de 4.8 segundos del final y que, tras una excelente defensa, lograrían que la victoria por la mínima se quedase en la capital maña y así poder celebrar un nuevo triunfo en un partido muy espeso y muy complicado.
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Un partido para no disfrutar del trabajo. Esas eran las palabras textuales de Porfi Fisac en la rueda de prensa post partido y dejaba claro que, aunque el marcador hubiese terminado siendo favorable, el juego realizado por el equipo había sido muy malo y no tenía nada que ver con lo mostrado a lo largo de toda la temporada, y más teniendo en cuenta el partido realizado ante todo un gigante 72 horas atrás.
Unos pequeños errores que deciden un partido. Zoltan Perl hacía alusión a que habían conseguido durante todo el partido reducir el potencial de Casademont Zaragoza y poder llegar a los últimos instantes con la victoria entre sus manos, pero los errores en los últimos minutos que cometían tanto en defensa como en ataque eran imperdonables ante un equipo como el zaragozano, que lograba arrebatarles la victoria.
Demasiadas bajas que pueden pasar factura. 4 bajas de jugadores fundamentales para Casademont Zaragoza (Vázquez, San Miguel, Barreiro y Seibutis) al llegar a este partido que se tenían que suplir ya no sólo con la gran participación de los jugadores jóvenes en pista, sino con un gran cúmulo de minutos en las piernas de algunos jugadores. Esto ya ha ido ocurriendo en más de un partido y Porfi Fisac avisa que si continua siendo así, esto terminará pasando factura al equipo.

