Nos gustaría estar escribiendo otra cosa, que el Madrid ha ganado, que vuelven a Grecia para luchar por la Final Four. Por momentos creímos que iba a ser así, que el conjunto blanco había recorrido una parte dura del camino y que solo quedaba ir a tierra helena. Lo tuvieron cerca, con ventajas de 8 puntos, de 5 y balón a pocos minutos para el final. Pero erraron, porque les faltó “punch” y eso se paga muy caro en unos cuartos de final de la Euroliga.

Vaya por delante que hubo acciones feas y reprobables. No solo hablo del campo. La afición del Madrid no puede mostrar su impotencia lanzando objetos al equipo rival cuando se marcha. Poco importa que Papaloukas no sepa ganar, nunca supo, ya nos aburren sus bobadas; es curioso lo que se devalúa un jugador como persona con esos actos de saludar al público. Si disfruta ganando así, pues adelante, pero siempre se ha valorado más la clase, el saber estar en la victoria. Saber ganar es más importante que saber perder, y estrellas europeas como Papaloukas ensucian su nombre con cosas de este tipo.

Aún así, es totalmente criticable el lanzamiento de objetos de una parte de la grada. Da igual si en Grecia hacen de todo y no se les castiga, si tiran petardos o apuntan con láser. Allá ellos, viven en su mundo y precisamente por eso, el público del Madrid, o una parte, no puede reaccionar de esa forma, porque en cierta medida se iguala. Y no comparo petardos con botellas de plástico, hablo de educación. Eso no puede faltar nunca en un equipo como el Madrid

Como tampoco es tolerable que lleven 13 años fuera de una Final Four. Quizá es que la historia y el palmarés del conjunto blanco, que en Europa solo se ha actualizado en estos casi tres lustros con una ULEB Cup y una Recopa, nos desfigura las ideas. Quizá es que el Madrid ya no es lo que era en el Viejo Continente. Por una razón u otra, ha sucumbido al empuje de las nuevas potencias y año tras año se ve fuera de la fiesta final, de la Final Four. Unas veces cerca, otras demasiado, como en 2006, pero no entran en el grupo de los elegidos, sencillamente porque hoy día no lo son.

El Madrid ha caído en su momento, en los cuartos de final. Está entre los 8 mejores de Europa. Plaza hablaba en la rueda de prensa que se han quedado a dos partidos de la F4 y en ese sentido crecen porque hace una temporada se quedaron a 6. Poco consuelo. El Madrid, por historia, debe competir, eso es lo mínimo y lo que han hecho sus jugadores, a los que no se les puede poner ni un pero. Y sin embargo, además de competir, de bregar, de luchar y dejarse todo en el campo, al Madrid se le exige excelencia, más calidad para asestar los golpes definitivos en el partido. Ahí ha residido el asunto. No siempre Bullock funciona.

Hay que admitir que hoy por hoy, más allá de las excusas, de que los de Plaza ciertamente hayan estado más cerca del Olympiacos de lo que puede señalar el 3-1 global, el Madrid no está dentro del último tren de los grandes de Europa. El mismo que este año viaja a Berlín, donde otra vez estará ausente el escudo del Madrid. Hace demasiado tiempo que ocurre eso.