Épica victoria de MoraBanc Andorra para frenar su racha de cuatro derrotas consecutivas y la de un Real Madrid que había ganado los 13 partidos que había jugado esta temporada.
Una oda al baloncesto ofensivo que acabó teniendo final feliz para los de Ibón Navarro, pero que un triple sobre la bocina de Llull pudo haber cambiado.
Los andorranos, con las muñecas ardientes (7/11 para empezar) salieron con todo desde el primer minuto, de la mano de un Andrew Albicy sideral en el primer cuarto (12 puntos y 5 asistencias), que dejaba en nada el gran inicio de Llull (11+3) y ponía a su equipo con una ventaja (26-33) de la que prácticamente no se separaría en todo el partido.
El Madrid reaccionó de la mano de Carroll, que anotó 15 puntos en el segundo cuarto con una serie de 4/6 en triples, pero enfrente tenía a un Andorra que no hacía sino anotar y anotar y anotar. Buenas selecciones de tiro y mucho, muchísimo acierto. A Albicy le tomó el relevo un Whittington que sacó dos faltas muy importantes a Ayón y anotó 10 puntos en un visto y no visto. A pesar del vendaval Carroll, Andorra conseguía marcharse al descanso con ventaja (58-59) gracias a los porcentajes en el tiro.
El tercer periodo fue un quiero y no puedo por parte de los dos equipos. El Madrid no encontraba la forma de cerrar el grifo ofensivo de MoraBanc y los del Principado se veían obligados a mandar a los blancos a la línea, para que solo pudieran sumar a cuentagotas (18/23 en tiros libres para los blancos solo en el tercer cuarto). Pero ni unos ni otros parecían satisfechos porque, a pesar de lo positivo del marcador para los visitantes (84-92), la sensación de que al Madrid le faltaba encontrar la tecla para cambiar la tendencia, volaba sobre el banquillo visitante.
Eso y los evidentes problemas de faltas a los que se sometieron. Luz, Whittington y luego Albicy. Andorra perdía a dos de sus referentes y se quedaba sin bases para afrontar los últimos minutos con un Wizink Center volcado y un Carroll en versión asesina suelto (32 puntos). Pero, por méritos propios consiguieron llegar a ese escenario y por méritos propios acabaron llevándose la victoria. A base de tesón logró empatar el Madrid a falta de 105 segundos, pero la bola caliente fue a parar a manos de Ennis, que dio la ventaja definitiva a los suyos con una penetración.