Ambos equipos llegaban a la segunda jornada después de un debut aciago, con derrota abultada e inesperada, en Manresa por parte de Unicaja, y en casa frente al Bilbao Basket por parte del CB Canarias. Necesitados de victoria, por tanto, estaban los dos clubes.

Unicaja comenzaba haciendo daño con canastas en la pintura de jugadores exteriores, ante la permisividad defensiva de los de Vidorreta. El conjunto aurinegro respondía con velocidad, pero no conseguía frenar a Jaime Fernández que anotaba siete puntos en escasos minutos. Txus Vidorreta movía el banquillo y Luis Casimiro hacía lo propio, con el fin de mantener esa pequeña intensidad defensiva que le estaba dando buenos resultados (18-10).

Sería Fran Guerra quien, ante las facilidades que le daba su par Volodymyr Gerum, lograba seis puntos que acercaban a los suyos en el marcador (21-20). Una última canasta y un tapón del propio Gerum, cerraba el primer cuarto con 23-20 para los locales, un resultado que mostraba la fluidez ofensiva que había caracterizado el juego de ambos conjuntos.

El segundo cuarto comenzó de forma muy distinta, mucho más espeso en la circulación de balón, lo que derivó en falta de acierto y pérdidas de balones por ambas partes. A Melvin Ejem le señalaban dos faltas consecutivas en ataque que lo llevaban al banquillo, pero era Unicaja quien mayor partido sacaba de la situación, ya que Iberostar Tenerife iba a tardar cuatro minutos en anotar su primera canasta del segundo cuarto (Un 2+1 de Shermadini), permitiéndole a los de Casimiro lograr un pequeño colchón en el marcador (30-23) que el Iberostar Tenerife volvió a recortar merced a un triple de Santi Yusta y una bandeja al contraataque de Marcelinho Huertas (33-30). Unicaja no tardaba en reaccionar, y en apenas un minuto, lograba dos triples (39-30) que podrían haber supuesto un mazazo moral para cualquier equipo. Pero el conjunto aurinegro no dio la más mínima muestra de flaqueza, y volvía a situarse a tres puntos de Unicaja (41-38). Josh Adams fallaba dos tiros libres al filo del descanso y el marcador no volvía a moverse.

Dos triples consecutivos de Sasu Salin otorgaban ventaja  (41-44) a Iberostar Tenerife. Y aún sumaba tres puntos más desde el tiro libre por una falta recibida, lo que le hacía dispararse hasta los 16 puntos en este inicio del tercer cuarto. Un rebote ofensivo y palmeo de Gio Shermadini; dos tiros libres de Dani Díez, y un mate descomunal de Shermadini le daban su máxima ventaja a los visitantes (44-53), que comenzaban a sentirse más cómodos en pista jugando con la presión y los nervios de los de Luis Casimiro. Salin, Shermadini y Díez, los tres jugadores que abandonaron el club malagueño este verano, eran los que estaban dejando un mensaje a su antiguo técnico. El parcial, mediado el tercer cuarto, era de 3-15 para los aurinegros. Un triple y un tiro a tabla de Dani Díez ponía la diferencia en los trece puntos (47-60). Unicaja presentaba un atasco ofensivo de primera categoría, producido por la defensa tinerfeña y por los nervios y la precipitación de los jugadores. Al final del tercer cuarto se llegaba con una clara ventaja visitante (52-65). El parcial del tercer cuarto (11-27) había sido demoledor para un Iberostar Tenerife liderado por los tres exjugadores de Unicaja.

Sólo tardó un minuto y medio en cometer cinco faltas Iberostar Tenerife, lo que, a priori, facilitaría el aporte de puntos de su rival, que no veía la forma de conseguir canastas. La fluidez del primer tiempo había desaparecido para el conjunto malagueño, mientras que Marcelinho generaba desajustes en la defensa local. Luis Casimiro no encontraba solución a la sangría y pedía tiempo muerto a cinco minutos para el final con el marcador muy en contra (62-75). En un minuto de auténtica locura, Unicaja lograba recortar el marcador (71-75) y hacía creer al pabellón. Pero Iberostar Tenerife supo jugar con cabeza los últimos minutos, gestionando la ventaja y acudiendo a la línea de tiros libres para permitirle llevarse el triunfo de Málaga (80-88).