Emocionante último choque del año, jugado de poder a poder, en el que la defensa alicantina fue determinante ante el poderío interior vitoriano.

RESULTADO: LUCENTUM ALICANTE 70 – TAU CERÁMICA 65

FICHA TÉCNICA

LUCENTUM ALICANTE (17+12+17+24): Prigioni (7p, 4r, 3a, 6rob), Perasovic (15p, 6 faltas recibidas), López Valera (-), Junyent (13p, 5r), Lou Roe (19p, 10r, 2tap, 7 faltas recibidas) -equipo inicial-, Millera (-), Stojic (10p, 4r, 6 faltas recibidas), Manu Gómez (2p), Héctor García (-), Víctor Baldo (4p). En conjunto, 15 robos por 14 pérdidas; 72 de valoración.

TAU CERÁMICA (20+16+16+13): Nocioni (24p, 8r, 2a, 2rob, 3pér), Palladino (5p), Allen (2p), Griffith (5p, 4r), Phillips (20p, 11r, 4pér) -equipo inicial-, Foirest (3p, 5pér), Calderón (6p, 4pér), Gadou (0p, 4r). En conjunto, 7 robos por 24 pérdidas; 52 de valoración.

Árbitros: Maza, Guirao y Terreros. Eliminados por faltas: Griffith (33′), Phillips (36′) y Palladino (40′).

30/12/2002 21h30 – Centro de Tecnificación de Alicante. 13ºC. Asist: 5.427 espectadores.

CRÓNICA

"Tremola la terreta" que dirían en Alicante: tiembla la ciudad. El Lucentum recibía en el último partido de un gran año (ascenso a liga ACB y después victorias ante Pamesa, Madrid y Caja San Fernando) a otro de los grandes y actual campeón de Liga y Copa, el Tau Vitoria. Hacía algo más de frío de lo normal en estos lares, y sin embargo el pabellón presentaba un inmejorable aspecto, y había ganas de marcha, de ver algo grande.

Para alivio local y desgracia basconista, no estaba uno de los mejores de la liga, el argentino Luis Scola, lesionado para un par de meses. Se presentaba en su lugar el fichaje del veterano francés Thierry Gadou, en operación fulminante y típica del ínclito presidente vitoriano Joseán Querejeta. Por otra parte, en la grada se oyó el comercial villancico de "vuelve, a casa vuelve" debido a la presencia del ex-lucentino José Manuel Calderón, internacional con Imbroda y uno de los favoritos de la afición en otra época.

Golpes de tanteo: Nocioni versus Roe

Poco que decir del principio de partido. Ante la ausencia de Luis Scola, y puesto que Lucentum cerraba bien bajo tableros, tomó las riendas y la responsabilidad su compatriota Andrés Nocioni. Lamas, con el mismo criterio que ante Pamesa, puso a López Valera a defenderlo como entonces ante Kammerichs. El resultado fue un fiasco, porque Tau tardó en anotar, pero luego consiguió 11 puntos casi seguidos, 9 de ellos Nocioni. Mario Stojic sentó a Valera quien ya no volvió a salir.

Los golpes de tanteo continuaron: cada canasta del gran Lou Roe tenía respuesta de Nocioni o de Phillips (68% conjunto de puntos de Tau al final). Hasta que Lamas sentó a Pablo Prigioni por dos faltas y salió Millera, que no consiguió contagiar más que desconcierto a sus compañeros. Los vitorianos aprovecharon la circunstancia para distanciarse con un parcial de 2-14, pese a que Nocioni ya no anotaba, bien defendido por Stojic. Al descanso se llegaba con un justo 29-36, que continuó en un tercer cuarto de más tanteo, con el añadido del despertar de Oriol Junyent.

Sin embargo, algo se olía en el ambiente: la defensa de Lucentum no iba mal, Perasovic no había despertado, Lamas aún no había explotado el recurso de la zona y los pívots visitantes se cargaban de personales. La anotación conjunta era bastante baja, pero Tau no estaba muy lejos de los locales, 6 puntos: 46-52.

Teoría y práctica de la defensa en zona

Tres minutos del último cuarto necesitaron los locales para empatar a 52. Lamas ya había puesto la zona; alternante de una increíble 1-3-1 con Stojic debajo y presión en las esquinas; a una 2-3 con Oriol nublando la vista de Allen, que no volvió a dar ni un pase decente; a una individual que fue la menos utilizada. Ivanovic lo intentó con Calderón, con Allen, con ambos, de mil maneras, pero Tau lanzó menos de 10 veces a canasta en este cuarto (la mitad, triples desesperados al final), y perdió más de 10 balones. No recuerdo más de una canasta contra la zona, y nunca más de dos pases seguidos: era un robo tras otro.

En un arranque de casta, y ya con Lucentum 6 puntos por delante, 67-61, Nocioni forzó un triple con falta, pero fue un espejismo. El partido estaba resuelto en la defensa alicantina y las pérdidas de bola vitorianas, y el pabellón se caía abajo de ruido y alegría.

Ficha policial de un carterista argentino: Pablo Prigioni

Pablo Prigioni me recuerda a Gastón Pauls en la película argentina "Nueve reinas": tiene pinta de buen chico y es un ladrón de increíble categoría, uno no le ve las manos ni la intención hasta que la bola hace un extraño y cambia el camino del pase original. Lástima que un recurso puntual, sus bombas de 8 metros -como la que empató la remontada contra el Madrid-. las utilice como una jugada habitual más, y por supuesto, las falle a menudo. Cuando controle esto y haga jugar aún mejor a sus compañeros, será uno de los mejores bases del mundo fuera de la NBA.

Tras el partido, las uvas

Lamas destacó la defensa: "Ha sido un partido jugado con mucho carácter y la victoria la hemos fraguado en la defensa. Estuvimos duros atrás y en rebotes tuvimos números parejos ante un equipo poderoso que tiene a un jugador como Griffith." Pero fue realista ante el calendario próximo y la posibilidad de llegar a la Copa: "A nadie se le escapa que entrar en la Copa del Rey está realmente complicado si se tiene en cuenta que tenemos que jugar contra Auncable fuera y con Unicaja y Barcelona en casa."

Dusko Ivanovic fue un buen perdedor y no achacó la derrota a otros contratiempos: "Las lesiones no pueden servir de excusa porque los suplentes son gente igual de competitiva y profesional que los titulares." Y reconoció también que los números cantan: "Este partido lo perdimos porque no tuvimos la tranquilidad necesaria en los minutos finales. Además, 24 pérdidas son muchas para poder ganar un partido".

LA CLAVE: Los nervios de los jugadores basconistas, que en el último cuarto no dieron dos pases seguidos en ataque ante la defensa en zona.

LA FIGURA: Julio Lamas, con los constantes cambios en defensa de ajustes, individuales, y sobre todo las zonas que desestabilizaron el ataque visitante.