Real Madrid 82 (26+22+14+20) – Auna Gran Canaria 93 (24+22+16+31)
Real Madrid 82: Bennett (6), Herreros (11), Stojic (10), Burke (9) y Kambala (21); Núñez (3), Fotsis (7), Bueno (8), Mumbrú (7).
Auna Gran Canaria 93: G.Martínez (10), Guerra (21), Moran (3), Baldo (4) y Goree (20); Reynés (7), Klein (12), Penney (7), Montas (2), F.Vázquez (7).
Árbitros: Mitjana, Pérez Pizarro y Ortega. Fran Vázquez fue eliminado por faltas.
Pabellón: Raimundo Saporta (4.100 espectadores)
Crónica:
Trágico desenlace para el Real Madrid en la sesión matinal del Raimundo Saporta. El equipo de Lamas ha vuelto a decepcionar a su afición, y deja en un simple espejismo la reacción de semanas atrás. El Auna, por su parte, se ha vengado de la eliminación en Copa ULEB y ha mostrado sus credenciales, jugando un partido muy serio en todo momento.
El choque arrancaba con un recital ofensivo por ambos bandos (15-13 a 6:30), lo que hizo despertar a la particular afición blanca. Además, todo se ponía a favor del Madrid, tras la segunda falta de Marcus Goree al poco de arrancar el choque.
Un triple de Mumbrú, al iniciarse el segundo cuarto, situaba en el luminoso la máxima renta blanca (31-24), a la vez que veíamos a Kambala con dificultades para lanzar, debido a las ayudas en defensa planteadas por el técnico insular, Pedro Martínez.
A todo ésto, en el Saporta asistíamos al recital ofensivo de Roberto Guerra. Por momentos, recordó a las habituales exhibiciones de Juan Carlos Navarro en feudo madridista. Así llegaríamos al descanso con incertidumbre: 48-46.
El retorno de los vestuarios sólo trajo complicaciones para los canarios, ya que sus jugadores interiores, Baldo y Vázquez se colocaban con cuatro personales, y el tercer elemento, Goree, tenía tres y se arriesgaba a seguir el camino de sus compañeros.
Definitivamente, el Auna fue consciente de que si querían ganar, deberían frenar a Kambala, y así sucedió, de tal forma que el Madrid se tenía que conformar con alguna pincelada de Stojic y Mumbrú en ataque.
El último asalto se afrontaba con tablas en el tanteador, pero pronto emergió la figura del, hasta entonces apagado Goree, que mostró todo su repertorio, muy amplio por cierto…
Herreros anotó un triple que colocaba el 68-68, a seis minutos, y forzó la quinta falta a Vázquez. Pero desde este momento no se supo más del Madrid. Un Goree espléndido fue muy bien secundado por Jason Klein, y de esta forma se repite una película muy vista esta temporada: derrota del Real Madrid en casa.
La clave: La inoperancia del Madrid ante un equipo cargado de personales en el juego interior. Los números de Kambala no deben engañar.
El protagonista: Aunque Roberto Guerra rindió a un nivel magnífico, la actuación decisiva de Marcus Goree en el último cuarto, a pesar de las faltas, le encumbra como el mejor del partido.