Poco ha tardado en saberse quién ocuparía el banquillo del Real Madrid tras la destitución de Sergio Scariolo. Se especularon con un par de nombres y el primero de ellos, la opción preferente en la casa blanca, dijo sí rápidamente.
Era el sueño de Imbroda, nunca lo ocultó, y por fin ha conseguido su objetivo, entrenar al equipo más laureado de Europa. Por delante tendrá una dura tarea, enderezar una nave que lleva tres años sin lograr un título y fichar con tino para lograr ilusionar a una afición que ha dado la espalda al equipo las últimas temporadas. Esa fue siempre la gran virtud de Imbroda, saber ilusionar.
El contrato será de dos temporadas con opción a una tercera y el entrenador compaginará su puesto con el de seleccionador, al menos de momento. Además contará con poderes para realizar todo tipo de operaciones con los jugadores, aunque el club pretende nombrar un responsable al efecto.
Comienza, así, una nueva etapa en uno de los banquillos más codiciados de Europa.