Jordi Singla, capitán y jugador de siempre del Ricoh Manresa, conoce mejor que nadie los secretos del Ricoh que suple los millones con una ética de trabajo sin igual y una estricta sintonía. En Manresa son terceros en la todopoderosa liga ACB siendo el equipo con menos presupuesto de la liga. Acérquense y descubran cómo se hace posible lo imposible.

Has vestido quince años la camiseta del Ricoh Manresa, además te formaste en su cantera. Has estado a las duras y las maduras ¿Por qué Manresa vive un momento tan dulce?
Este es un equipo diferente y sobre todo este año. Hemos vuelto con un gran ‘feeling’ y nos hemos adaptado a la categoría, la ACB, y estamos jugando muy bien. Los jugadores estamos haciendo un gran trabajo. Todo el mundo tiene muy claro qué tiene que hacer en el equipo y eso, está claro, es la clave del Manresa. Además, en casa la gente nos apoya mucho, el club está a nuestro lado y hay muy buena armonía. Todo esto nos ayuda. Cuando entras en una dinámica positiva…

Es complicado cambiar objetivos pero ¿puede verse a un Ricoh Manresa muy arriba al final de temporada?
Nosotros no nos planteamos ningún objetivo, únicamente desde principio de temporada, hemos dicho que nuestro objetivo era evitar el descenso y a partir de aquí a trabajar día a día y a llegar lo más arriba posible. Con esa filosofía trabajamos semana a semana sin plantearnos un número de victorias ni dónde debemos llegar: estar en Playoff, Copa… no nos planteamos nada de esto sólo llegar a lo máximo que podamos.

Desde la grada se ve que el Ricoh Manresa tiene un control total de su juego, sois una máquina colectiva, parece encajar prácticamente todo ¿Qué culpa tiene de todo esto Ricard Casas?
Pues yo diría que es un poco el principal culpable de todo esto. El tiene calculados muy bien los partidos, lo que tiene que hacer cada jugador y nos conoce muy bien. La gente que está en Manresa conoce el club, conoce el ambiente y Ricard se ha hecho un equipo muy a su medida, sabiendo lo que puede exigir y lo que le puede dar cada jugador. Trabajando duro y con muchas ganas está sacando unos grandes resultados.

Se tiene la apreciación de que hablar de Jordi Singla (32 años) es hablar de Manresa. Parece algo perpetuo ¿te ves vinculado siempre al club ya sea como jugador u otro modo?
Pues sí, evidentemente (rotundo). Llevo 15 años en el equipo me he formado aquí y difícilmente me veo jugando en otro sitio. Seguro que voy a acabar mi carrera deportiva con la camiseta del Manresa y después me gustaría continuar ligado al mundo del baloncesto con mi club. No sé si va a ser posible pero bueno, me gustaría.

Hemos tocado el delicado tema de ‘futuros planes’ en los que sopesábamos opciones en caso de retiro pero lo cierto es que estás en una gran forma. Sales del banquillo y aportas esos puntos de la verdad, sobretodo desde larga distancia, que mantienen el nivel del equipo.
Tengo muy claro cuál es mi trabajo. A Ricard lo conozco muy bien, desde mi época de júnior, allí también me entrenaba. Hace muchos años (risas), así que sabe perfectamente que le puedo dar y yo sé qué me va a exigir y con esto trabajamos. Tengo claro cuál es mi papel en este equipo, qué función tengo que hacer y yo trabajo al máximo para hacer esta pequeña función. Y este es el funcionamiento de todo, así que puede ser también un poco el secreto del equipo.