La eliminatoria de semifinales de la ACB entre Unicaja y DKV Joventut ha sido, sin duda, uno de los duelos más espectaculares que se recuerdan en los play off por el título del campeonato nacional. Cinco encuentros cargados de tensión, de buen baloncesto, de rivalidad y de tensión hasta el último partido en Málaga. Dicha tensión llevó a ambos contendientes a un juego más brusco de lo habitual, con innumerable cantidad de faltas por parte de ambos equipos, alguna de ellas de excesiva dureza, y con un enfrentamiento final por parte de los dos entrenadores, quienes al acabar el quinto partido discutieron de manera acalorada con las cámaras de televisión en directo tras negarse Aíto a dar la mano a Scariolo.
Horas depués, Aíto explicaba esta situación en su página web personal a través de un artículo que reproducimos íntegro a continuación:
Un entrenador muy táctico
Por Aíto García Reneses
junio de 2006
Al acabar el partido de ayer le dije a Sergio Scariolo que en ese momento no me apetecía darle la mano.
Tampoco me apeteció contárselo a los medios de comunicación de Málaga porque muchos de ellos habían colaborado con el entrenador de Unicaja para que su estrategia funcionase, estrategia que puede considerarse habitual.
Acabado el cuarto partido del Play-Off en la rueda de prensa, en Badalona, Scariolo no hizo las declaraciones que se reservaba para el día siguiente para que de esa forma, con la complicidad de la mayoría de los medios de comunicación de Málaga, crear un ambiente que presionase a los árbitros hacia el terreno que más le interesaba, sin que la parte atacada: Joventut de Badalona pudiese dar ni siquiera su opinión. Sus declaraciones fueron publicadas el mismo día del 5º partido.
Sus declaraciones:
“Hemos luchado durante un año para poder disputar el quinto partido de play-off delante de nuestra afición y lo queremos jugar con los mismos recursos técnicos que nos han llevado hasta aquí. Pero que nadie confunda esto o la actitud de colaboración que hemos tenido durante toda la temporada hacia los árbitros con blandura o pasividad. Puedo asegurar que esta vez no vamos a permitir que surtan efecto ninguno las continuas provocaciones verbales, acciones violentas y simulaciones que desde las primeras jugadas han constituido, además de forma muy evidente, el terreno elegido por nuestros adversarios para jugar los dos últimos partidos.”
Habitualmente, antes de comenzar los partidos el entrenador local va a saludar al entrenador visitante. En esta ocasión no fue así. Sin embargo, sí que esperaba que una vez ganado el partido yo le diese la mano.
Según me ha dicho él, piensa que instigo a mis jugadores a cometer faltas antideportivas, cosa que no he hecho ni haré nunca. Están como testigos los innumerables jugadores y ayudantes que he tenido.
No quiero pensar que sea el caso de Scariolo, no creo que el refrán: “se cree el ladrón que todos son de su condición” le vaya a la medida. No obstante, se le podría preguntar: ¿Instigaste a un jugador tuyo para que cometiese falta antideportiva sobre Roberto Dueñas en el último partido del Play-Off de hace unos años, en Barcelona? Además en aquella ocasión no fue señalada como antideportiva, ¿por qué? Los medios de comunicación coincidieron en considerarla como clave para la resolución del partido.
En aquella ocasión con la ayuda de los medios de comunicación, hizo lo mismo que en esta ocasión: crear un ambiente que presionase a los árbitros. Los resultados fueron definitivos.
Al año siguiente intentó la misma estrategia, pero esta vez los medios de comunicación de Barcelona no le hicieron el juego y no le dio resultado.
Tengo entendido que, también con el mismo procedimiento, consiguió tener un “ambiente” favorable en los cuartos de final del Play-Off de la temporada pasada, perjudicando esta vez a otro equipo de la ACB.
Y mientras le siga funcionando, supongo, que seguirá con la misma estrategia aunque muchos no la consideremos ética. Es una parte más de su táctica.