Es admirable la actitud que Ricky Rubio tiene sobre la pista. Podemos intentar olvidar su talento y de más y aunque no lo consigamos seguimos viendo en la pista, por encima de todo, a un jugador ejemplar. Como dijo Sergio Scariolo: “Supo elegir la dirección y el tipo de ritmo”. Tanto para su equipo como para someter al que se mide. Se trata de lo que hablaba Darryl Middleton en su blog en Solobasket, lo que importa es ganar, el grupo es lo que importa, no importa si robas un balón, das una asistencia o anotas un triple. Miras el marcador y tu equipo está ganando.  El chaval lleva a la práctica unos valores que podrían ir más allá  del ejemplo deportivo.

Cuando le preguntaron a Aíto por destacar a Rubio aseveró con rotundidad “No quiero personalizar en Ricky Rubio”. Sobre el que tuvo ocasión de desviar miradas fue sobre Edu Hernández-Sonseca tras el gran partido que realizó anoche (23+5+2+1): “va mejorando sus posiciones defensivas, si sigue mejorando puede ser otro jugador importante para el baloncesto español”.

 

Scariolo sigue sin tener lo que quiere

El técnico italiano siguió haciendo hincapié en que “los problemas son evidentes, quién no los vea es que no sabe de baloncesto o sabe y no quiere verlo. Nuestros defectos salen” cuando se enfrentan a rivales de mucho nivel e intensidad “hay veces que podemos maquillarlos”. No obstante, el técnico también tuvo palabras de felicitación para sus hombres, que en ningún momento dejaron de luchar en el campo independientemente del resultado: “he apreciado que mis jugadores no hayan bajado los brazos”.

 
Por su parte Melvin Sanders, el fichaje de la discordia, restó al final del banquillo con el chándal de Unicaja pero separado de sus compañeros más allá de utilleros, fisios y demás personal. Menudo papelón para el jugador.