A caballo entre Sancho Panza y Don Quijote, Alessandro Abbio fue un escudero con nombre propio, con protagonismo y con luz propia. A sus 37 años y con todo lo que deja a sus espaldas, lo deja, se va. Acaba de rescindir su contrato con el Pool Firenze de la Eccellenza B italiana y por culpa de las malditas lesiones, deja el baloncesto en activo.
Sandro había llegado a Florencia como representante del baloncesto en julio de 2006, con ganas de seguir adelante en su vida profesional. Sin embargo, los continuos problemas físicos, que le han hecho pasar por el quirófano hasta en 10 ocasiones, han dado al traste con el baloncesto que le quedaba. Pocos meses tras firmas, en octubre, una lesión en el menisco contra Ferentino comenzó a cavar su tumba. El dolor se ha vuelto insoportable y ha tenido que decir basta.
El fiel escudero
Trotamundos del baloncesto, su vida deportiva en Europa siempre estará ligada a su brillante paso por la V nera, la Virtus de Bolonia de Ettore Messina, Rashard Griffith, Antoine Rigaudeau, Sasha Danilovic, Manu Ginobili, Matiaj Smodis, David Andersen con la que siendo capitán lograra la Euroliga en el año 2000-2001 cuando la Kinder se impusiera al TAU a 5 partidos.
Pero Sandro no siempre fue escudero, cuando tuvo que tomar responsabilidades, lo hizo con todas las consecuencias. Vean por ejemplo este partido contra la Bennetton de Treviso de Mike DAntoni:
A nivel de selección, los dos momentos cubre de Abbio fueron la plata en el Eurobasket de Barcelona en 1997 y el oro en París en 1999, precisamente en la final ante España.
El pájaro loco aterriza en Valencia
A mitad de 2002, Sandro Abbio aterrizaba en la capital del Turia como golpe de efecto. En mitad de la temporada, con la intención de hacer crecer un poco más al equipo taronja. Allí, se le mrecordará siempre por una excelente profesionalidad, que demostrara pese a las contínuas lesiones que marcaron su presencia. Una, especialmente dolorosa, en lq Copa del Rey del año 2003 contra el Gran Canaria, que le apartaría por el resto de la temporada. La etapa de Abbio en Valencia se vio bordada por grandes momentos, y también por una importante polémica, en la que se vio envuelto junto al pívot Dejan Tomasevic, y que acabó con el serbio apartado de forma provisional del equipo.
En Granada, con un fenómeno llamado Pecile
Sandro Abbio llegó a Granada con fama de tirador infalible, pero sufrió el “mal del Palacio”. Varias lesiones y/o molestias mermaron su rendimiento, que no su entrega. La espalda fue su talón de aquiles y no le dejó desarrollar su juego dentro de la pista, pero su garra, su entrega y su carisma fueron vitales en el seno de la plantilla aquella temporada 04/05. Fue uno de los “culpables” de la espectacular mejora que tuvo Andrea Pecile aquél año, maduró mentalmente y encontró mayor equilibrio en su juego gracias al “capo abbio”. Además, tácticamente enriqueció al equipo y el cuerpo técnico así lo hizo saber cuando el club no quiso renovarle una temporada más, debido, a los problemas físicos que lacró su temporada. Su conexión con Pecile llegó a tal punto, que protagonizaron videos como este:
Grazie Sandro
Colaboración especial de Jesús Quero