Su regreso a la ACB 2025‑26 era uno de los más esperados por gran parte de la afición del abloncesto en España. Sin embargo, se ha visto empañado por un inicio de temporada preocupante. Pese a las expectativas por su reciente ascenso, los números avanzados muestran que el equipo está teniendo problemas serios tanto en defensa como en ataque, lo que los coloca en una situación complicada desde las primeras jornadas.

San Pablo Burgos: Unos números que encienden las alarmas

El San Pablo Burgos ha iniciado la ACB 2025‑26 con serias dificultades y los números no mienten. Su promedio de 94,3 puntos recibidos por partido los sitúa como el equipo con la peor defensa de la liga, lo que explica gran parte de sus derrotas y la sensación de vulnerabilidad en cada encuentro. Además, su eficiencia ofensiva es limitada: lanzan con un 48,8% de acierto en tiros de campo, mientras sus rivales superan el 52%, mostrando problemas a la hora de convertir posesiones en puntos.

Otro dato preocupante son las pérdidas de balón, que en varios encuentros superan el 14% de posesiones. Esta estadística convierte cada fallo en una ventaja directa para los rivales y evidencia la falta de control del juego en momentos clave. Por último, aunque los rebotes no son catastróficos, el equipo captura solo el 48,7% de los rebotes disponibles, por debajo de la media de la liga, lo que reduce sus segundas oportunidades y deja espacios para los contragolpes del adversario.

Objetivo permanencia: El reto que tiene San Pablo Burgos por delante

Estos datos avanzados muestran que defensa, pérdidas y eficiencia de tiro son las áreas que Burgos debe mejorar con urgencia si quiere evitar quedar en la parte baja de la tabla. El equipo ha demostrado capacidad de reacción en partidos puntuales, pero la falta de consistencia y los problemas estructurales en defensa y ataque hacen que cada jornada sea un examen difícil.

El reto de San Pablo Burgos no es menor: corregir las debilidades defensivas, minimizar errores en posesión y mejorar el acierto en tiros será clave para sobrevivir en la ACB 2025‑26 y aspirar a consolidarse nuevamente entre los equipos competitivos. El contexto no ayuda: históricamente, los equipos ascendidos desde Primera FEB (antigua LEB) no siempre consiguen mantener la categoría a largo plazo. Según análisis del balance competitivo en la ACB, los recién subidos suelen tener un “nivel de rendimiento más bajo” que los equipos de la zona media de la tabla. La alarma roja está encendida, y cada partido cuenta más que nunca.