El RICOH Manresa, con la revolución provocada a mediados de temporada por la llegada de Jaume Ponsarnau, Javi Rodríguez y Juan Alberto Espil, construyó una plantilla extensa, sólida, equilibrada y muy unida, que ha llevado al equipo a ganar la Adecco LEB y a recuperar su sitio en ACB.

¿Cuál será, ahora, el cauce que tomará la directiva para reconducir este equipo para construir una plantilla que pueda competir en ACB? ¿Conseguirá la confianza de los patrocinadores actuales? ¿Necesitará ampliar el abanico de empresas patrocinadoras?

Analicemos, primero, la situación jugador por jugador:

Rafa Martínez, el capitán y alma de este equipo, que ha realizado una temporada sensacional en todos los aspectos, tiene contrato en vigor para la temporada que viene y, por tanto, va continuar al mando de la nave manresana.

Otros dos jugadores de la casa también tienen contrato en vigor, aunque probablemente su destino no sea el mismo. Guillem Rubio ha realizado un final de temporada estratosférico, confirmando la confianza que en Manresa siempre se ha depositado en él y en sus enormes capacidades tanto físicas como técnicas y, por tanto, va a continuar en el equipo. En cambio, Miquel Feliu, no ha disfrutado de muchos minutos en esta temporada en LEB y, probablemente, se busque para él una cesión que le permita seguir creciendo como jugador.

Dos jugadores se han repartido, después de la marcha de Sergi Llull al Real Madrid, y con ayuda puntual de Rafa Martínez, los minutos de dirección de juego. Javi Rodríguez llegó cedido por el Breogan a mitad de temporada y revolucionó el ritmo de juego del equipo. Con él el equipo cogió confianza y desarrolló un juego demoledor. Javi tiene contrato en Lugo, pero ni el club ni el jugador parecen muy interesados en volver a intentar la aventura de unir sus caminos. En Manresa se luchará para conseguir que Javi siga la temporada que en Manresa parece que amparados, también, en la voluntad del jugador. Por otro lado, Oscar González, el jugador procedente del Real Madrid que en este primer año en Manresa ha destacado poco, tiene contrato asegurado para el año que viene. Veremos si el jugador o el club buscan una salida o bien si el año que viene supone que por fin le veamos a un gran nivel.

Otro jugador que estaba en Manresa en calidad de cedido es Rubén Quintana, al que probablemente quieran recuperar en Bilbao. El club manresano probablemente intentará prolongar la cesión, pero no se espera que el club vasco acepte. Quedan por analizar, en el juego exterior, las situaciones de Diego Sánchez y Juan Alberto Espil. El primero tiene contrato y, pese a que no ha tenido su mejor año, continuará en la disciplina manresana como complemento exterior. De la situación de Espil se sabe poca cosa. Llegó a mediados de temporada, fichado de Argentina, donde se hallaba sin equipo. Se le firmó por lo que quedaba de temporada y no se sabe si él quiere seguir jugando ni si el club le va a ofrecer contrato. Un jugador como él, con la capacidad anotadora que tiene y al espléndida muñeca que atesora no sobra en ningún equipo pese a que ya tiene una edad interesante.

Veamos como está el tema del juego interior. El que probablemente ha sido el jugador más determinante del equipo en esta temporada, Josh Asselin, tenía firmada una renovación automática por el ascenso, así que vamos a comprobar si confirma su capacidad dominante en la ACB. Corren rumores en Manresa de que se está trabajando para su “nacionalización” y eso sería, obviamente, una gran noticia, puesto que dejaría libres las plazas de extracomunitarios. Craig Callahan, que llegó para cubrir las lesiones de Rubén Burgos y Guillem Rubio, ha resultado ser un descubrimiento muy importante. Acaba contrato, pero se intentará, por todos los medios, renovarle. Ha demostrado una gran implicación, una garra encomiable y, además, por tener la doble nacionalidad italiana también cuenta como comunitario. El fichaje de última hora Nick Vanderlaan, que llegó para suplir a un deficiente Richard Scott, acaba contrato y no es probable que se le renueve.

Por último, el club recupera a Facundo Venturini, que ha estado cedido al Huesca de LEB-2, pero no se va a contar con él para la ACB. Probablemente se busque otra cesión.

Por lo que respecta al técnico, lógicamente se optará por dar confianza al hombre de la casa que ha obrado el milagro de reconvertir el equipo perdedor que jugó la primera vuelta de la LEB en el sólido y practicamente invencible RICOH Manresa que ha acabado ganando la liga. Jaume Ponsarnau será, pues, el técnico que afronte el reto de consolidar, otra vez, Manresa como plaza ACB.

Asi está, pues, la situación actual de la plantilla manresana, con muchos frentes abiertos y con la necesidad de realizar 4 o 5 fichajes que serán los que tengan que definir en que frente luchará el equipo el año que viene.

Para saber que se puede y que no se puede fichar habrá que estar atento a las negociaciones con RICOH, que acaba contrato de patrocinio y que había confirmado que en caso de no ascender no hubiese renovado. Los rumores hablan de que ahora que el club vuelve a la ACB estarían dispuestos a doblar la suma que han estado aportando a las arcas del club. Otros patrocinadores menores como Suzuki o Elements también serán instigados a aportar más dinero para poder hacer una plantilla competitiva. Por su lado, Caixa Manresa y el Ayuntamiento también podrían colaborar en el nuevo proyecto.

Habrá que seguir atentamente los movimientos que se realicen durante el largo verano que nos espera.