Una buena historia de amor, nunca tiene por qué acabarse. Como comentamos en el análisis del Real Madrid en la Guía de la Liga Endesa 2016/2017, el equipo blanco mantiene una temporada más la filosofía “lasista” que tantas alegrías y títulos les ha dado. El Madrid sigue siendo un equipo de pocos sistemas, los jugadores tienen una enorme responsabilidad en la toma de decisiones sobre la pista y no hay, de momento, equipo que haya conseguido frenarle cuando ha conseguido encontrar el ritmo a campo abierto. Es la esencia del Madrid desde que Pablo Laso (que ha renovado hasta 2020) diese un giro total al equipo allá por 2011. Entonces ¿por qué parece tan distinto este Real Madrid?

fraguando una defensa de campeón

La respuesta más evidente sería echarle la culpa a las lesiones. Y, sí. Es innegable que perder al MVP de la Euroliga te obliga a ajustar todo el sistema ofensivo y defensivo. Pero, es precisamente ahí, en la defensa, donde el Madrid está dejando destellos de ese paso adelante que llevaba tiempo pidiéndose y que será necesario reforzar de cara al final de la temporada. Aún por picos (en Liga Endesa han recibido 80 puntos o más en 5 de los 7 partidos) y centrados en la competición europea, los blancos crean con cada vez más frecuencia una red defensiva que les ha hecho ganar partidos muy complicados. Todo comenzó, probablemente, tras la lesión de Kuzmic ante el CSKA, donde un Rudy Fernández inédito hasta entonces lideró los mejores minutos defensivos de la temporada. A partir de ahí, hemos podido ver rachas realmente buenas del Real Madrid en defensa: 

-El CSKA se fue de Madrid con 69 puntos anotados y varios minutos sin ni siquiera poder tirar a canasta.

-Zalgiris anotó solo 66 en su pista

-Armani Milán, a pesar de irse hasta los 90 puntos, estuvo 4 minutos en blanco, en los que recibió un parcial de 20-0

Bien es cierto que aún se está lejísimos de los mejores guarismos, la mejor noticia es que las capacidades están ahí. Y bien sabemos todos que no explotar todas esas facultades durante la temporada, puede pesar caro a la hora de luchar por un título. Ahora mismo, el Madrid se encuentra en busca de esa continuidad. El obligado “small-ball” con Maciulis de 4 que ha tenido que utilizar el equipo es el que ha despertado al mejor Madrid atrás, dejando ver que que la aportación de Campazzo como “perro presa” (mejor ladrón de la Liga Endesa con 2,14 robos) y la versatilidad de Doncic, pueden ser las llaves para crear las variantes y convertirse en un equipo imprevisible en defensa.

Además, es ahí donde se ha recuperado a la mejor versión de Rudy Fernández. Indispensable en el vestuario, también quiere volver a serlo en la pista, y vaya si lo está consiguiendo. El balear es el tercer jugador (1,8) que más balones roba de la Euroliga y su trabajo de manos atrás le ha catapultado a mejorar en todos sus aspectos de juego. Sin hacer partidos espectaculares, como hacía antes, Rudy marca la diferencia ahora ejerciendo de comandante en la retaguardia, desde la intensidad para defender al jugador sin balón y ser determinante en las ayudas. Es inevitable también mencionar a Gustavo Ayón, máximo taponador de la Euroliga y segundo reboteador (por una diferencia de un rebote), aunque, a pesar de que sus números dicen lo contrario, esta temporada ha dado un paso atrás en defensa, permitiendo demasiada libertad a los pívots rivales:

-Bryan Dunston (Efes): 17+7

-Arturas Gudaitis (Milán): 20+7

-Antanas Kavaliauskas (Zalgiris): 16+3

Con la lesión del mexicano (y la de Kuzmic, el elegido de este año para frenar a las torres rivales) llegará Tavares. Un perfil completamente distinto pero que podría cubrir, precisamente, las carencias que deja Ayón. Desde sus 2,22, fue nombrado “Mejor Defensor” de la D-League el curso pasado, con 7,7 rebotes y 2,7 tapones por partido.  

En ataque, mismo perro, con distinto collar

En ataque, el Real Madrid vuelve a recuperar la esencia de las transiciones como principal opción. La explosión de Luka Doncic y la llevada de un velocista como Campazzo ha permitido a los suyos volver a recuperar el ritmo con el que el equipo se siente más cómodo. Con Sergio Llull como primera referencia ofensiva, sin perder un ritmo altísimo, sí se “obligaba” al resto de sus compañeros a esperar a ver qué decisión tomaba el que fue, la temporada pasada, el jugador más determinante de Europa. Como para no hacerlo.

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Sin embargo, con su lesión, el estilo ha tenido una pequeña metamorfosis. El esloveno es el base que más rebotes captura de toda la Euroliga y ello permite una salida de balón mucho más rápida, sin necesidad de que el pivot tenga que buscar al base, como suele ser costumbre. Y, si no, ahí está Campazzo (mucho mejor en Liga Endesa que en Euroliga) para poner ese punto extra de velocidad, que, además, fomenta que los aleros (Rudy, Carroll, Causeur) o incluso los pivots más móviles como Ayón o Randolph corran mejor la pista, sabiendo que el base llegará buscándolos a la máxima velocidad. Son los bases los que se imponen un ritmo conjunto para todo el equipo, y no es el equipo quien sigue el ritmo que más favorece, en este caso, a Llull.

Vemos a un Madrid mucho más abierto en las alas. La llegada de Causeur ha venido como anillo al dedo. Poco tiempo con el balón en sus manos, es capaz de dirigir desde la posición de escolta y sus penetraciones con la zurda, dejando el balón muy arriba, se están convirtiendo en marca de la casa esta temporada. Un tiro casi indefendible: 71% en tiros de dos en Liga Endesa y 61% en Euroliga.

De los que ya estaban, quien ha dado un gran y silencioso paso adelante ha sido Jeff Taylor. Sin firmar unos números estratosféricos, el sueco ha asentado un rol más que interesante en el Real Madrid. Paciente como pocos, está sabiendo esperar su momento cerca de la línea de fondo para romper y machacar con fuerza o anotar uno de sus ya clásicos triples desde la esquina. Ya no intenta tiros forzados ni tiene las desconexiones que le sacaban de los partidos. Se ha convertido en un jugador sólido, sacrificado en ambos lados de la pista y con la sangre fría para saber aprovechar sus oportunidades.

Son mínimas las variantes que está ofreciendo el Real Madrid esta temporada, pero, hasta que se escriben estas líneas (antes del partido contra Maccabi), los blancos están logrando suplir sus limitaciones y carencias a base del “ABC” del baloncesto: “Defender y correr”. Tiene pinta de que, al final de esta temporada, veremos a un Madrid muy distinto al que pudimos ver el pasado junio.