Seguimos analizando a jugadores que han ascendido con sus equipos a ACB y que, como en otros casos, ya han debutado en la máxima categoría pero son poco conocidos. Jordan Sakho fue de la plantilla de Manresa en 10 partidos de la temporada 2016/17, pero no alcanzó los 8 minutos de media y en dos de ellos se quedó sin saltar al parquet. El congoleño se mantuvo en la plantilla que disputó la LEB y ya fue una pieza más importante con 14:15 minutos, 4'9 puntos, 4'6 rebotes y 7'8 de valoración en liga regular. Hay que destacar que subió sus números en los duros playoffs que Baxi Manresa tuvo que superar para conseguir el ascenso: 6'2 puntos, 5'2 rebotes y 8'5 de valoración en 15:34 minutos.
El pívot de origen africano basa su juego en su físico y su intensidad para aportar rebote, defensa, intimidación y juego por encima del aro. Tan solo cuenta con 21 años por lo que tiene un importante margen de mejora y se encuentra ante una gran oportunidad para aprender y evolucionar. Junto a Cady Lalanne pondrán el musculo en la pintura de los manresanos y compensaran el juego más estilista y exterior de Justin Doellman y Marko Lukovic. Si el Baxi no ficha otro jugador interior, tendrá sus minutos y en ellos aportará intensidad en cada acción para responder a la confianza depositada en él.
La parte del scout del jugador nos la vuelve a traer uno de los mayores expertos en LEB Oro: Carlos Mirás Avalos:
FORTALEZAS
Juego por encima del aro e intimidación: Como muchos otros pívots africanos que desembarcaron en Europa en los últimos lustros, el congoleño Jordan Sakho destaca por sus capacidades atléticas. Con 2,07 m. de estatura no es un pívot alto para lo que se acostumbra pero tiene una enorme capacidad para "vivir en las alturas" merced a su gran capacidad de salto. Sakho es uno de esos pívots que poseen un instinto especial para el tapón. Su timing de salto es casi perfecto y, con su sola presencia, es capaz de cambiar muchos tiros.
Continuaciones: Dotado de una más que interesante movilidad para su estatura, Sakho es un buen finalizador en situaciones de pick and roll, colocando el bloqueo y saliendo como un cohete para finalizar la acción, muchas veces en alleyup.
Rebote ofensivo: Sakho es un buen reboteador en líneas generales pero, sobre todo, bajo la canasta rival. El congoleño pelea cada rebote ofensivo y consigue muchas segundas opciones para su equipo bajo aro contrario merced a su movilidad, capacidad de salto y actitud.
Disposición. Sakho siempre está preparado para ayudar. Su actitud en la cancha es óptima. El pívot centroafricano lucha cada posesión, no da un balón por perdido e intenta aprender de cada situación.
DEBILIDADES
Escasez de recursos ofensivos: Es evidente que Jordan Sakho tiene que mejorar en muchos aspectos del juego y que, a sus 21 años, es un jugador todavía en formación. Sus principales carencias se encuentran en el plano ofensivo. Sakho no es capaz de fabricarse sus propias canastas. Su técnica individual es deficiente. Su juego de posteo, de espaldas al aro, es prácticamente nulo, no consigue echar el balón al suelo para atacar a su defensor de cara, no es fiable desde la media distancia, sus lecturas son mejorables y no sabe doblar el pase... además, en ocasiones peca de "manos blandas". En definitiva, su producción ofensiva se limita a aprovechar continuaciones y rebotes de ataque.
Tiros libres: Acudir a la línea de personal es un suplicio para el congoleño. Sus porcentajes desde la línea de 4,60 rondan el 50%.
Faltas tontas: La presencia en cancha del centroafricano suele verse limitada por sus muy habituales problemas de faltas. El exceso de celo en la defensa, la inocencia, en ocasiones el mal posicionamiento o el llegar un poco tarde, el uso inadecuado de las manos... le llevan a cargarse con facilidad de faltas personales, y no es extraño que acabe eliminado.
Previsible: En definitiva, Sakho es un jugador con unas virtudes y unos defectos muy definidos que delimitan estrictamente su rol en las canchas.
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