El mítico Askatuak de Donostia logró, tras varios años en la 1.º B) nacional (equivalente a la LEB1 actual) un merecido ascenso a la ACB en la temporada 87-88. Los inolvidables Jeelani y Berwald comandaron a este equipo en la temporada del ascenso, pero, sin embargo, ninguno de ellos continuó en la andadura ACB del equipo donostiarra. El primero no fue renovado por considerarlo demasiado veterano (34 años cumplidos) para aguantar el ritmo de la competición y fue fichado por el Caja San Fernando (por aquel entonces en la división de plata de nuestro baloncesto). El segundo encontró una oferta mejor que la local e hizo las maletas rumbo a Villalba.
Para sustituir a estos dos extranjeros ejemplares se fichó a Kirk Richards y Pet Verhoeven. El primero era un experimentado pívot de 31 años procedente de la liga belga. Era un jugador muy atlético, buen taponador y aceptable en ataque. Su temporada fue relativamente buena, promedió 22 puntos, 8 rebotes y casi 2 tapones, pero no fue el líder que necesitaba el equipo. El segundo era un alero blanco, rubio y con bigote que traía un curriculum más que respetable, ya que había disputado 6 temporadas en la NBA. Se esperaba mucho de él, pero no se cayó en el detalle de que su rol en la NBA era la de especialista defensivo. No cuajó en el equipo, por sus características como jugador no ofreció lo que se esperaba de los jugadores extranjeros por aquel entonces (puntos, puntos y más puntos) y sus número fueron más que discretos (15 puntos y 7 rebotes). Para colmo de males, se lesionó a mitad de temporadas y fue sustituido temporalmente por Jay Bilas. Procedente del pallacanestro, este ala-pivot blanco vino a hacer sus números, promediando más de 20 puntos, pero su sacrificio por el bien del conjunto fue nulo.
El resto de la plantilla no se remozó demasiado de cara a la nueva temporada. Seguían como bases los cumplidores pero limitados Julen González y Josean Betolaza (completándose la posición con el junior Coca), en las alas continuaban el veterano Kepa Segurola, Gontxo González y el joven y atlético Iñaki Rodríguez, mientras que para completar el juego interior se contaba con una cara nueva, Juanjo Urdiain (procedente del Taugrés, donde no contaba con minutos de juego), junto con el limitadísimo Edu Santos (que fue sustituido durante algunas semanas por Iosu Eguiguren).
Como siempre hubo problemas a nivel económico (el pobre Iñaki Almandoz, presidente del club, tuvo que lidiar con estos problemas durante más de una década), pero se logró el patrocinio de la Caja de Ahorros Provincial. Con un ajustado presupuesto y con estos limitados mimbres poco se pudo hacer en la competición. Se ganaron 9 partidos y en los play-offs de descenso se perdió primero por 3 a 1 frente al Forum, cayendo definitivamente a 1.º b) tras perder 3 a 0 frente al Tenerife. Fue el final del sueño de los donostiarras, el equipo entrenado por Jaume Ventura volvió a la categoría de plata y allí se luchó durante muchas temporadas más.
En cuanto al Cajabilbao, el equipo bilbaíno venía de hacer unas buenas temporadas en la ACB de la mano de esa inolvidable pareja de extranjeros que conformaron Kopicki y Lockhart, pero esta temporada se quiso llevar a cabo un salto de calidad. Para ello se fichó a dos nuevos norteamericanos de muy alto caché, Wallace Bryant y Eugene McDowell (dos ex del Barça). Además se logró hacer regresar a Bilbao al ya por entonces legendario Juanma López Iturriaga (la imagen de sus bandejas en contraataque son ya todo un clásico del baloncesto de aquella época) y también al rocoso Román Carbajo. Junto a ellos conformaban aquella plantilla gente experimentada como Chinche Lafuente, Capablo, Cabezudo o el actual presidente del Bilbao Basket, JJ Davalillo.
A pesar de las buenas perspectivas, las expectativas no se vieron cumplidas y finalmente se tuvo que luchar por la permanencia. Wallace Bryant se mostró apático, no era aquel pívot dominador de antaño. Simplemente cumplió con unos arreglados 19 puntos y 9 rebotes de media. Eugene McDowell, que siempre fue un jugador más dado al rebote y la defensa que a otros menesteres, no cuajó del todo (15 puntos y 7 rebotes) y fue sustituido en la última parte de temporada por Mike Giomi, procedente del Oviedo de 1.º b). Tampoco fue la temporada de Iturriaga, que comenzaba la cuesta abajo de su carrera. El que pagó los platos rotos fue José Antonio Figueroa, entrenador del equipo, que tras llevar al club a la ACB y mantenerlo en la zona media de la tabla durante dos temporadas, fue cesado y sustituido por Paco Garrido.
Taugrés Baskonia era por aquel entonces un club que se mantenía en la ACB en la zona media de la tabla, sin grandes aspiraciones, ni tampoco grandes apuros. Era la época previa a la llegada de los Rivas, Nicola o Arlauckas, que posteriormente harían grande al club gasteiztarra.
El equipo dirigido por Manu Moreno contaba en ese momento con un joven y pujante Pablo Laso de base, Ortega y Mauraza en las alas y De La Fuente en la pintura. Completaban la plantilla los norteamericanos Ralph McPherson y Larry Micheaux. Ambos dejaron un gran recuerdo en Vitoria. El primero era un alero blanco con un frondoso bigote que anotaba con gran facilidad tanto desde la pintura como por fuera. El segundo, un pívot bajo de estatura pero de gran fortaleza; de gran sobriedad, anotaba con buenos porcentajes y reboteaba con gran facilidad (fue el máximo reboteador de aquella temporada con 12 rechaces de media por partido). La temporada del equipo fue meritoria, se clasificaron para el play-off para el título, cayendo en primera ronda ante el todopoderoso Real Madrid de Drazen Petrovic.