El Casademont Zaragoza ya ha tomado una decisión firme de cara a la próxima temporada: Porfirio Fisac no continuaría al frente del banquillo. Salvo giro inesperado, el técnico segoviano pondrá fin a su segunda etapa en el club aragonés al término de la presente campaña, en la que el equipo quedó descolgado de la lucha por el playoff de la Liga Endesa.

PORFI FISAC TEMRINARÁ SU SEGUNDA ETAPA EN CASADEMONT ZARAGOZA

La decisión, que según Encestando.es llevaba semanas gestándose en la directiva encabezada por Reynaldo Benito, abre la puerta a un nuevo proyecto deportivo para el curso 2025-26. Casademont Zaragoza apostará por un perfil distinto para iniciar una nueva etapa tras una temporada marcada por la irregularidad en resultados.

 
Porfi Fisac regresó a Zaragoza en 2022, dos años después de salir el club tras llevarlo a sus mejores temporadas históricas. En su primera etapa (2018-2020), el equipo llegó a unas semifinales ACB y firmó un papel notable en competición europea, lo que le valió el reconocimiento generalizado en el panorama nacional.
 
En su regreso, sin embargo, el contexto ha sido distinto. Esta segunda etapa ha estado marcada por altibajos deportivos, dificultades estructurales y falta de conexión con una grada que no ha terminado de responder. El propio técnico ya dejó entrever en febrero que su continuidad no era segura: “Si me lo merezco, me quedaré. Si no, aunque me ofrezcan la renovación, me iré. Hay muchas cosas que hacemos mal. Hay que traer más gente al pabellón y empresas que apoyen económicamente.”

EL SUSTITUTO, EN LA ACB: PABLO PIN SERÍA EL ELEGIDO

El banquillo de Casademont Zaragoza ya tendría un nombre señalado para el relevo: Pablo Pin, actual entrenador del Covirán Granada. Según ha informado Encestando.es, el técnico andaluz lleva semanas siendo seguido por la dirección deportiva maña, que valora su capacidad para trabajar con jóvenes, su perfil de formador y su estilo competitivo pese a las limitaciones presupuestarias que ha tenido en Granada.

La situación de su actual equipo facilitaría el cambio de rumbo. El Covirán ocupa la última posición de la Liga Endesa y, salvo milagro, consumará su descenso a Primera FEB tras tres temporadas en la élite. Con cuatro victorias de diferencia respecto al 16º clasificado, el regreso al segundo escalón parece inevitable. En ese contexto, el cambio de proyecto se presenta como una oportunidad natural tanto para el club aragonés como para el técnico granadino.