La temporada 2013-2014 está siendo un año muy especial para el Real Madrid. Tanto es así que el equipo que entrena con acierto el vitoriano Pablo Laso lleva hasta el momento únicamente dos derrotas en su cuenta de resultados (contra el CSKA de Moscú del ex-técnico madridista Ettore Messina y contra el Bayern Munich del experimentado Svetislav Pesic). Intachable trayectoria de los blancos, que ya han logrado en este histórico periodo una Supercopa y una Copa del Rey.

Las claves de este Real Madrid están bastante bien definidas. Su juego se basa en la intensidad defensiva en la pintura (aquí es donde destaca la figura de Marcus Slaughter o del capitán, Felipe Reyes en el rebote defensivo y los tapones), en el acierto en la línea exterior (en especial podemos mencionar aquí a Rudy Fernández o a Sergio Llull –en excelente forma estos últimos encuentros-) y sobre todo en la magnífica dirección que impone al juego Sergio Rodríguez (está realizando su mejor baloncesto desde que es profesional). A todos estos factores se le une quizás el más importante: Nikola Mirotic es completamente determinante jugando en las posiciones de ala-pívot y últimamente de alero, añadiendo más centímetros al quinteto residente en cancha.

Es completamente inevitable no acordarse entonces de aquél Real Madrid de los años 60, entrenado por el maestro Pedro Ferrándiz, y que batió todos los récords habidos y por haber dentro de la entidad blanca. Las 23 victorias consecutivas entre todas las competiciones ya han sido superadas por el conjunto actual, pero el histórico equipo es motivo de inspiración en el presente (sobre todo a través de Pepe Laso, integrante de aquella plantilla y padre del actual míster madridista).

Con jugadores de la talla de Joseph Sheaff, Lluís Cortés, Emiliano Rodríguez, Carlos Sevillano, Lolo Sáinz o Travis Montgomery el Real Madrid logró doblegar a todos sus rivales en aquella temporada (1960-1961) hasta que perdió en un intrascendente último choque frente al Joventut de Badalona, cuando ya era campeón de la Liga Nacional. En el libro de "Historia del Baloncesto en España" que está editando Carlos Jiménez tiene al entonces jugador blanco Pepe Laso como narrador de lujo de aquella temporada 1960-61. Con la anécdota de que a Pepe le arrebató el récord su propio hijo, Pablo Laso, aunque este último, como todos saben, ejerciendo de entrenador. Pepe describe a su equipo así: "LLuís, el flaco, tenía la energía de Llull, y siempre estaba dispuesto al combate. Sevillano era fortísimo" y había un seguro de vida llamado "Emiliano, como siempre" no fallaba nunca en los momentos claves. Europa las cosas no le fueron tan bien, esperemos que no sea un preludio, el Rigas ASK les tumbó en las semifinales "Jugamos contra los 'rusos' del Rigas ASK. Saporta, el directivo más influyente que ha tenido el baloncesto español, consiguió de nuestros dirigentes que llegáramos a jugar esta final, nuestras relaciones con el mundo prácticamente no existían. Estaba programada a doble partido, pero para nuestra dictadura era una ofensa, ver pasear por Madrid a rusos no cabía en cabeza humana. Al final se jugó en campos neutrales. Mi único deseo era ver en persona al gigante Janis Krumins (2.18 y 140 kilos en esos tiempos era muy mucho)". Krumins le hizo un roto al Real Madrid anotando una media de 22.5 puntos, muchos rebotes, muchos tapones y más intimidación.

Actualmente los blancos ya han logrando a estas alturas de Liga Endesa su billete para los play-off por el título (recordemos que estamos en la jornada 22, siendo la clasificación más temprana para las rondas finales de toda la historia ACB) sin recibir una sola derrota en lo que llevamos de campeonato. Las preguntas son ¿Hasta cuándo durará esta racha? ¿Podrá el Real Madrid dejar a cero su casillero de derrotas en toda la Liga Endesa? Se habla de que el equipo está algo cansado, de que las lesiones de dos de sus exteriores (Jaycee Carroll y Dontaye Draper) están afectando al club, pero las victorias siguen llegando, dando buena cuenta de la fortaleza de la escuadra dirigida por Pablo Laso. Ahora entramos en el tramo más importante de la temporada. En estos instantes es cuando los récords se han de convertir en títulos, ya que sin ellos, el trabajo y esfuerzo de todo el año no habrá servido de nada.