Se puede hablar de que el Madrid tenía muchas bajas, pero ese no es el estilo que parece reinar en el vestuario del conjunto dirigido por Ettore Messina. Por lo escuchado después de la paliza que el Regal Barça propinó al Real Madrid, no es hora de poner excusas. Nunca sabremos qué hubiese ocurrido con la plantilla blanca al completo. Con Llull de base, capaz de remontar lo imposible, con Reyes a lo suyo bajo tableros, con Hansen, con Van den Spiegel…
Sí hablaremos de lo que vimos anoche, de un equipo muy superior, con una tremenda plantilla donde el hombre que menos jugó fue Jordi Trías, dos minutos residuales para él. No le hizo falta al cuadro catalán que Pete Mickeal no hiciese un gran trabajo, aunque sí dejó algunas acciones espectaculares, y tampoco tuvo que tirar, en exceso, de Navarro. Aunque el capitán se encargó de fastidiar el intento, por decirlo de alguna forma, de remontada blanco a la vuelta de los vestuarios, los verdaderos puntales del Regal FC Barcelona fueron Fran Vázquez y Ricky Rubio.
El chaval, definámosle así sólo por su edad, porque de juego anda sobrado de madurez, hizo un partido de nivel, estuvo a la altura de las circunstancias y dejó para la galería algunas dosis de magia, amén de sus 18 puntos (3/4 en triples) y 7 asistencias. Puede haber debates sobre si ha sido su mejor encuentro o no vestido de azulgrana, pero lo que importa es que Ricky Rubio lo bordó frente al eterno rival. Y eso, indiscutiblemente, sabe mejor.
De Fran Vázquez poco queda que decir. A uno le cuesta ahora pensar qué cosas es capaz de hacer mal el gallego dentro de una cancha. Sus 16 puntos nos dejan la imagen del pívot volando por los aros de Vistalegre. Uno piensa en el partido y se le viene la silueta de Vázquez machacando el aro rival en una noche aciaga para el Real Madrid.
El Barça es hoy por hoy el mejor equipo de la ACB y posiblemente de Europa, como bien afirmó Messina en la rueda de prensa posterior. Un plantel soberbio, equilibrado, con multitud de piezas y recambios, con los roles muy claros y definidos. Aspiran a todo, desde antes de la afrenta de ayer, de la que salen más reforzados, si eso es posible. Se saben buenos y lo aprovechan.
Sin embargo, la distancia con el Madrid no es tanta como hoy ha reflejado el marcador. Queda mucha temporada, llega Jaric, volverá a andar Llull. Un golpe duro sí, que marca el lugar actual de cada equipo, pero ni mucho menos atroz ni desequilibrante, aunque el Barça tiene derecho a pensar en todo, son los dueños del baloncesto nacional ahora mismo.
El Madrid busca esa tendencia ganadora de sus inicios, abruptamente cortada y que tuvo en el oasis de Grecia la más clara expresión de que este equipo es capaz de vencer a los mejores. Mañana será otro día. Para todos.