La pasada temporada, tras la derrota ante Akasvayu Girona, Casas se mostró muy dolido en rueda de prensa con sus jugadores, alegando que algunos de ellos solamente “piensan en cobrar”. El público, muy enfadado, pedía la dimisión de Sendra en la grada. Hoy, en el partido ante el Caja San Fernando, ha vuelto a ocurrir lo mismo.
“El equipo está enfermo”
El efecto Katsikaris ya ha pasado y ni él mismo comprende lo que ocurre. Sus argumentos en la rueda de prensa postpartido no difieren mucho de los esgrimidos por su antecesor tras aquel encuentro ante el Akasvayu. Allí aseguró que “el equipo está enfermo. Hay que encarar la realidad. No se pude decir nada después de este partido. Por segundo partido consecutivo no tuvimos mentalidad para ganar. Es imposible para mi como entrenador evitar que el equipo asuma la derrota y se deje llevar.”
Como Casas, el técnico asegura que “tenemos que hablar con la dirección deportiva y analizarlo todo. Tenemos que averiguar cuál es el problema y solucionarlo. No me permito que éste sea el destino del equipo, perder cada partido de 20. Mañana tenemos que seguir trabajando porque no es sólo dinero, sino orgullo.”
Y, de nuevo, el mensaje a los jugadores fue por el mismo camino: “¿Cuánto carácter y confianza tienen estos jugadores en si mismo? Si pierdes de 30 el partido anterior, tienes que entrar a la pista mordiendo. Hoy me pregunto ¿qué fortaleza mental tiene este equipo?”
El técnico no entiende qué ha pasado tras las dos victorias iniciales: “No sé por qué no se lucha como contra DKV y Akasvayu. No entiendo cuál es el problema de ahora. No tenemos un líder en el equipo que lo lleve arriba en los momentos cruciales. Estoy muy sorprendido, no me esperaba esto de ninguna manera porque he jugado contra muchos de los jugadores que hay ahora en Pamesa y son grandes jugadores.”
Más de dos temporadas de sinsabores
Desde entonces, el Pamesa ha tenido ya dos directores deportivos, muchos cambios en sus plantillas y cinco entrenadores durante estos dos años. El último, Ricard Casas, recibió una nueva oportunidad esta temporada; hubo cambios en la plantilla, remodelaciones en la gestión deportiva… pero, nada. Tras cinco jornadas, el Pamesa estaba con una sola victoria y Ricard Casas fue cesado. La llegada del nuevo entrenador, Fotis Katsikaris, pareció dar vida al equipo con dos victorias, basadas más en la entrega que en la calidad del juego exhibido. Sin embargo, la alegría fue efímera.
El público, muy enfadado
Como no podía ser de otra manera, el público que se dio cita en la Fuente de San Luís, mostró su enfado con el juego de su equipo. En el tercer cuarto parecía que los jugadores de Pamesa ya no sabían cómo pelear por un partido que ya había roto el Caja San Fernando y se escucharon los primeros silbidos en el graderío.
Sin embargo, el momento más duro fue en el último cuarto, cuando a unos siete minutos del final, Videnov ponía a los suyos con 20 puntos de ventaja. En ese momento, con tiempo muerto en la cancha, la pitada fue monumental y -de nuevo, la historia se repitió- el público comenzó a gritar “¡Sendra, dimisión!”. Los silbidos aumentaron de intensidad cuando en una de las tres nuevas pantallas de vídeo que cuelgan en el techo del pabellón apareció la imagen de Sendra junto a Juan Roig. Aunque, quizás, lo peor fue que la gente perdiese la fe en los suyos y, con casi siete minutos por jugarse, abandonase el pabellón.
Al final, lo peor. Un espectador increpó reiteradamente a Juan Roig. Éste, visiblemente enfadado, no rehuyó la confrontación y se encaró con el aficionado. A Roig lo tuvieron que calmar y llevar al antepalco mientras el espectador se marchaba al ver que el presidente respondía a sus gritos.
Así pues, parece que el Pamesa sigue en estado grave y sigue necesitando soluciones. Visto que cambiar de entrenador no bastaba, que la grada sigue estando en contra del director general y que la plantilla no responde a las expectativas, sólo queda hacerse una pregunta: ¿y ahora qué?