El último partido de Liga disputado en el Fernando Martín ha sido atípico.
En primer lugar, porque las jornadas intersemanales que coinciden con días laborables son extrañas. Cuando el pabellón se llena el partido está empezado, cuesta entrar en ambiente y el cansancio de todo el día hace mella.
Por otra parte, tras varias jornadas de auténtica tensión, hay una sensación de vacío al no estar jugando por un objetivo realmente importante -se intentó poner como meta la lucha del décimo puesto, pero no es comparable con jugarse la permanencia-.
Además era el último partido que el Fuenla jugaba en casa esta temporada, así que inevitablemente era un día de despedidas. Antes del salto inicial ya se escuchaban los primeros rumores de sobre la próxima temporada: dudas sobre la continuidad de algunos miembros carismáticos de la plantilla, si volverá PJ Ramos, el último partido de naranja de Marko Tomas.
Uno de los que probablemente se estaba despidiendo es Saúl Blanco. El alero termina su contrato con el Fuenla tras tres años en el equipo, y se da por hecho que saltará a un grande. El asturiano jugó poniendo más ganas que efectividad, pero en la última jugada se marcó un mate que sonaba a agradecimiento a su afición.
Otro que no se sabe si seguirá es Tom Wideman. El pívot fue homenajeado en el descanso por la peña “Fuenlabasket”, que le otorgó el “III Trofeo MVP Fuenlabasket“, un premio que deciden los aficionados partido a partido.
El partido de Tom no fue precisamente el mejor de su carrera en el club (se encontró con Weis, que probablemente es el mejor pívot defensor de la liga), pero ayer fue un buen momento para hacer un repaso de sus cuatro años en el club, desde que fue fichado estando en LEB. Sólo se le recuerda un bajón importante, fue en el playoff de LEB, y por motivos extradeportivos.
Y de esta manera acabó un partido que se llevó iurbentia Bilbao gracias a que supo leer mejor los minutos finales y a un Recker inconmensurable desde más allá 6,25.
Pero la noticia de impacto sucedió en la rueda de prensa, donde Luis Casimiro Palomo anunció el final de su etapa como entrenador del Alta Gestión Fuenlabrada.
“Considero que mi ciclo aquí ha terminado“, dijo el técnico que se va del equipo tras “cuatro años maravillosos en los que siempre hemos cumplido los objetivos“.
Un ascenso de LEB a ACB y tres temporadas manteniendo la categoría con solvencia son el fruto de su estancia en Fuenlabrada y donde ha conseguido registros estadísticos como dirigir su partido número 300 en ACB o conseguir su victoria número 150.
Ahora se debe comenzar a pensar en la siguiente temporada: “El club debe planificar desde ya su futuro“. Empieza una nueva etapa en Fuenlabrada.
