Hay jugadores que se hacen querer desde el día uno por su nueva afición. Esta relación podría aplicarse al Río Breogán y a Dzanan Musa, estrella y nuevo fichaje del conjunto lucense. El alero bosnio no ha tenido una carrera fácil, y es que el hype creado en torno a él cuando todavía era junior parece no haberle ayudad en su corta trayectoria como profesional.
Tras destacar en sus inicios como profesional en el KK Cedevita, Dzanan Musa fue seleccionado en el puesto número 28 del Draft de la NBA de 2018 por los Brooklyn Nets. A pesar de tener unas condiciones propias de un privilegiado, su paso por la liga norteamericana no fue la esperada, aunque aguantó en el equipo neoyorquino tres temporadas. En enero de 2021, el jugador bosnio regresa a Europa para enrolarse en el Anadolu Efes, campeón de la última Euroleague. No obstante, el alero no tuvo protagonismo en dicha competición, pero sí en la liga turca, promediando 12 puntos por partido. A pesar de firmar un contrato por tres años, el jugador optó por hacer efectiva su cláusula de salida y probar suerte en otro sitio.
Ese sitio fue Lugo, ciudad que desde el primer día lo acogió como un lucense más. Tras un par de semanas entrenando, Paco Olmos elegió al bosnio y a Sergi Quintela los dos capitanes del equipo, algo que sorprendía a muchos, pero a la misma vez cogía sentido por el protagonismo que iba a tener en el equipo.

En el derbi ante el Monbus Obradoiro, Dzanan Musa fue imparable para los santiagueses a la hora de anotar. El alero aprovechó su físico e intentó sacar ventajas en todas las penetraciones que hacía. Su esfuerzo tuvo éxito, y es que jugada en la que se acercaba al aro, jugaba que acababa en bandeja o sacando una falta personal.
Desde el perímetro no tuvo suerte. Bueno, básicamente no tuvo tiros (sólo un triple intentado). Un jugador con sus condiciones debe saber dónde crearse sus propias ventajas, y esas nacen de los 1 vs 1, dónde también resulta muy dificil de parar. En lo que se refiere al aspecto de capitán, Dzanan Musa demostró tener la cabeza en su sitio, algo que creaba mucha incertidumbre por su pasado y el rol de estrella con la que venía. Su actitud sobre la cancha siempre fue buena, hablando constantemente con sus compañeros y pidiendo el apoyo del público en varios instantes del partido. El único “pero” que se le puede poner fue una falta pitada por “flopping“. Por el resto, una actuación de sobresaliente.
Al final, su partido, estadísticamente hablando, se resumió en 17 puntos (7 de 10 en tiros de dos y 3 de 4 en tiros libres), 3 rebotes, 1 asistencia y +13 de valoración.