A sus 37 años de edad, y una vez retirado de la competición oficial el hasta la pasada campaña jugador del Real Madrid Alberto Herreros, el alero del Caja San Fernando Raúl Pérez ha pasado a ser el jugador más veterano de la ACB. Con 478 partidos a sus espaldas, el capitán cajista afronta una nueva temporada con la misma ilusión que el primer día y con la idea de seguir aportando al equipo hasta que el cuerpo aguante: “Como sigo disfrutando del baloncesto voy a seguir intentando aportar cosas para no bajarme del carro, porque mi idea es seguir siendo el ‘abuelo de la ACB, lo que ha sido una sorpresa para mí, porque la verdad es que no esperaba llegar a ser el jugador más veterano de la liga”. Y es que según explica el de Carmona, “cuando comencé en este mundo nunca pensé en llegar a esto”.
Asimismo, Raúl Pérez reconoce haber tenido la suerte de “jugar tan sólo en dos equipos en toda mi carrera, uno de ellos el de mi ciudad, lo que supone para mí un gran orgullo”. “El Caja me lo está dando todo y yo sólo quiero seguir colaborando para que siga creciendo como club”, ha añadido.
El alero recuerda con satisfacción sus primeros pasos en el mundo del baloncesto, que dio, como no podía ser de otra forma, en el Caja: “Cuando yo empecé en esto el Caja era una familia; después se fue perfeccionando todo y la realidad de hoy no tiene nada que ver con la de los comienzos. En cuanto a la competición, en aquella época los extranjeros daban el salto de calidad, marcaban la referencia, y era bonito ver el juego; hoy hay buenos extranjeros, pero se complementan con otros jugadores”.
Según el capitán del Caja San Fernando, la clave para mantenerse en esta liga “está en el físico, es decir, en que el cuerpo te respete, porque el cuerpo te avisa. Si estás bien físicamente, en el plano técnico no hay sino más que tratar de que tu juego vaya aportando cosas”.
Respecto al nuevo curso que está a punto de comenzar, el capitán cajista explica que “al comienzo de la pretemporada sabíamos que había tres jugadores nuevos, que se tenían que acoplar, y que había un entrenador nuevo, y había que ver cómo se engrasaban los motores. Hemos trabajado con serenidad y cabeza, hemos hecho un trabajo exigente pero sin volvernos locos con muchos entrenamientos duros”. “Hemos hecho las cosas con tranquilidad y eso se ha plasmado en los partidos, que no dejan de ser la continuación de los entrenamientos”, explica el alero, que destaca además que “el ambiente es muy bueno, el vestuario está muy integrado y eso se nota en la cancha. Todos queremos llegar lejos, pero sabemos que la competición es difícil y que tenemos que trabajar duro para cada partido”.