El cimiento sobre el que Mike Hansen, nuevo presidente del Blancos de Rueda, iba a sustentar el nuevo proyecto del equipo pucelano se desmoronó ayer con la noticia de la no continuidad de Roberto González. El club anunció ayer de forma oficial que el técnico de Carpio, uno de los principales responsables de la exitosa temporada del conjunto morado, había decidido no continuar tras once temporadas en el primer equipo, y es más que posible que su futuro no siga siquiera ligado al baloncesto.

Este anuncio supone un duro golpe para el futuro Blancos de Rueda, más aún si tenemos en cuenta lo que puede significar. Tras su primera temporada como primer entrenador, Roberto, al igual que Nacho Martín, había manifestado su voluntad de continuar en el club, siempre y cuando se garantizara la viabilidad del proyecto. Esto significaría acabar con todas las deudas, que según anunciaron Hansen y Javier Baró en su presentación ascienden a 6 millones de euros, y encontrar un patrocinador que aportara la estabilidad necesaria para acabar con las penurias económicas por las que ha pasado el club en los últimos años. Roberto, al que según parece se le adeudan hasta diez mensualidades, no lo habría visto claro y habría decidido abandonar el club y el baloncesto para volver a la enseñanza.

Por tanto, el adiós del técnico podría suponer mucho más que su simple marcha. Habrá que esperar para comprobar si Hansen obra el milagro y el Blancos de Rueda puede continuar en la Liga Endesa, en cuyo caso deberá rastrear el mercado para conseguir otro entrenador, o deberá tomar una de las otras dos posibles vías: la venta de la plaza y salir en LEB o la desaparición.