El Regal Barcelona sigue imparable en territorio ACB, volviendo a demostrar su mejor cara después del partido de Granada el cual Xavi Pascual describió como “un tropezón”. Del Buesa Arena salió muy contento el técnico catalán, ya que consiguió una victoria del que hasta ahora era el templo más inexpugnable de la liga en temporada regular, ya que el Baskonia llevaba sin perder 693 días, acumulando 30 victorias seguidas.
La última derrota de entonces aquel Tau Cerámica de Neven Spahija fue ante el Cajasol de Manel Comas un día 26 de abril de 2008. Curiosamente, aquella temporada los vitorianos sufrieron bastantes derrotas locales, sobre todo contra rivales de la parte baja de la liga. El juego de aquel equipo era realmente paupérrimo, aún así, ganaron la liga y llegaron a la Final Four.
Ciertamente no podía ser otro el equipo que acabara con esa extraordinaria racha que el Barcelona. Lo hizo con mucha solidez, ante un Buesa que llevaba una semana con todo el papel vendido y con el ambiente de las grandes ocasiones.
Los vitorianos lograron jugar de tú a tú durante algo más de 15 minutos, en los que se vio a un Caja Laboral sin complejos que anotaba con gran fluidez sobre la mejor defensa de la liga. Stanko Barac dio un paso al frente, para cuajar un gran primer cuarto y superar a todos los pívots blaugranas.
Por su parte, Navarro mantenía a los visitantes con constantes “bombas” que desesperaban a los vitorianos. Entonces fue, cuando estalló la sorpresa en el coliseo gasteiztarra cuando salió a pista un ovacionado Tiago Splitter que regresó a las pistas un mes después para mantener la ilusión a su afición de cara al Playoff ante el CSKA. El brasileño no ofreció su mejor cara, dejando claro que ha estado un mes parado y que aún no tiene ritmo, pero su sola presencia ya es algo tremendamente positivo para el Baskonia.
A pesar de la carga sentimental que supuso la entrada del poste brasileño, el Barcelona siguió haciendo su trabajo y decidió endurecer la defensa en el segundo acto. Sus pívots crecieron exponencialmente, sobre todo Ndong y un Lorbek que hizo mucho daño durante todo el choque.
Los blaugrana, se bastaron de dos minutos de inspiración, con defensas perfectas, lanzamiento exterior y juego en transición para acabar con las esperanzas locales. El sueño duró aproximadamente 15 minutos.
A partir de ahí el Caja Laboral no cesó en su empeño, pero el Barça enseñó el porqué de su actual status en el baloncesto ACB y Europeo, aguantando los arreones vitorianos, con un gran Ricky Rubio que controlaba el juego a su antojo y mataba el último estirón local desde 6,25, donde firmó un perfecto 5 de 5. A él le ayudó un gran Lorbek, que bailó a la perfección de nuevo y entre ambos y destellos de gente como Mickeal – que regresaba a la que fue su casa- lograron suplir la desesperación en la que se encontró Navarro, que fue excelentemente defendido por Brad Oleson.
Así, la vida sigue igual, el Caja Laboral ahonda su mala racha aunque dejando una imagen muy positiva de cara a estas dos semanas decisivas en Euroleague y el Barcelona sigue ganando y recupera sensaciones para recibir al Real Madrid después de un mal partido ante Granada.