“A mí me queda mucho que dar todavía”. Nacido el 3 de abril de 1976 y con sus 2,04 metros de altura, Emiliano Morales sigue vivito y coleando en el mundo del baloncesto. Ha hecho bueno el refrán de que nadie es profeta en su tierra siendo un auténtico trotamundos.

Empezó a jugar a los 9-10 años cuando “ya hacía varios deportes y simplemente me gustó la dinámica de juego…y por la altura claro”. Poco tiempo después, ni corto ni perezoso, se plantó como juvenil en Badajoz donde compaginó el equipo de su categoría por la edad con el Primera B.

Fue allí donde le vieron jugar, y tras un año en High School, la Universidad de Evansville le vió y le ofrecieron una beca (había otras posibilidades como Butler, Indiana State, Northwestern e Indiana) .

Tras el periplo Universitario, fichó por Cáceres porque “pensé que era un buen sitio para empezar como profesional ya que había estado en Badajoz anteriormente y quería jugar minutos.” Allí estuvo a las órdenes de Manolo Flores, que le recuerda como “muy joven, muy fuerte y muy ambicioso en esa época” y Manel Comas. Esa ambición no le ha parado nunca para hacer lo que más le gusta, jugar al baloncesto. Ni siquiera las fronteras geográficas le han parado.

Allí fue compañero entre otros de Dyron Nix, Benito Doblado, José Antonio Paraíso, Wayne Tinkle, Juanjo Bernabé, José Ángel Arcega, Pablo Laso o Ramón Rivas.

Tras probar suerte en la A-2 de Italia, primero en Assitalia Barcellona y un año más tarde en Reggio-Emilia (10 puntos y 5,5 rebotes para llegar a su equipo a la Final Four por el ascenso a la Serie A), recaló en Italia, donde ha sido toda una estrella. Dos All Star (2003 y 2004 así lo atestiguan).

Dos años en Ovarense (al que hizo Campeón de Copa en 2004), uno en Oliveirense y uno más en Oporto le hicieron labrarse una gran carrera en el país vecino donde siempre destacó por encima de la decena de puntos y seis rebotes de promedio jugando contra jugadores como Marcus Norris (Kalise Gran Canaria) o Carlos Andrade (Bruesa GBC). Precisamente allí se enfrentó a Pep Clarós, técnico español que le reclutaría la pasada campaña para jugar en Holanda en las filas de Hanzevast Capitals Groningen (“en Portugal le gané partidos como rival cuando él entrenaba a CAB Madeira y se acordó de mí” se reía Emi).

Precisamente el técnico ayudante de Sito Alonso en la Penya durante esta temporada hablaba de la incorporación del pívot la pasada temporada: “se nos había lesionado un pivot y a mí siempre me gustado los jugadores de poste bajo tipo Doblas, Asselin o Wideman para que nos ayudara especialmente dentro. Yo lo había anunciado como un jugador eminentemente de poste bajo y primera bola que coge sólo salir mete un triple. 4000 personas en pié coreando su nombre : ¡Emi!, ¡Emi!”.
El jugador recuerda que “después de un viaje complicado llegué al aeropuerto y casi sin comer salimos rumbo a Groningen. Recuerdo que llegamos en tiempo de descanso, el médico me hizo el reconocimiento y entré en el vestuario. El equipo iba perdiendo y Pep para tratar de motivarles les dijo que si no se ponían las pilas me iba a sacar para que les enseñara lo que era tener C….. jugando. Acabé jugando pero lo más importante es que ganamos”.

Su última experiencia en España fue en las filas de Aguas de Valencia Gandía en la temporada 2006-07 con una importante aportación para salvar al equipo del descenso en el playoff ante Gijón Baloncesto.

A menos de 24 horas para el cierre del mercado LEB en España está con la maleta hecha, esperando destino. Ahora toca ver si tendrá que jugar dentro o emigrar fuera de nuestras fronteras para seguir siendo profeta fuera de nuestra tierra.