Casademont Zaragoza no ha comenzado la temporada de la mejor manera. La falta de continuidad en el banquillo evidencia la etapa de transición, casi de desierto, que atraviesa el club, todavía a la espera de encontrar un líder sólido sobre el que construir el proyecto que les acerque a ser ese equipo que logro competir en unas semifinales de Liga Endesa. El equipo se ha acostumbrado a cambios estructurales y giros de timón en plena temporada, una señal inequívoca de que la situación deportiva dista mucho de ser estable.

¿Que le falta a Casademont Zaragoza para dar con la tecla?

En Zaragoza las cosas no están saliendo bien. La sensación que tienen todos los ingredientes para construir un buen proyecto se siguen diluyendo por la falta de lo más importante: un líder. Son ya varias temporadas manteniendo el bloque duro de jugadores que están rindiendo a un gran nivel: Santi Yusta, Trae Bell-Haynes, Bojan Dubljevic… A pesar de eso, ni Porfirio Fisac en su segunda etapa, ni Rodrigo San Miguel ni ahora Jesús Ramírez parecen dar con la tecla para hacerlo funcionar.

Ahora mismo los maños solo suman 3 victorias. Lejos quedan días grandes con plantillas con Brussino, Dylan Ennis o Carlos Alocén. La relación con Porfirio Fisac, la gestión de grandes jugadores jóvenes como Langrita y, porque no decirlo, el gran rendimiento de la sección femenina, han alejado del camino correcto a un Casademont Zaragoza que busca reencontrarse mientras sigue fracasando entre experimentos.

Final de etapa para Erik Stevenson: un rol complejo en un Zaragoza sin estabilidad

El conjunto aragonés atraviesa una temporada marcada por los malos resultados y la falta de consistencia, con serias dificultades para encontrar fluidez ofensiva y encadenar victorias. En ese escenario, Stevenson no logró asentarse como el generador capaz de marcar diferencias de manera sostenida. La exigencia de mayor solidez defensiva, experiencia y equilibrio táctico, unida al peso específico de Trae Bell-Haynes y Santi Yusta, que esta firmando un gran año, redujo progresivamente su margen de maniobra hasta situarlo en un papel secundario dentro de la rotación. La dirección deportiva terminó por oficializar lo que era un secreto a voces: Erik Stevenson ya no es jugador de Casademont Zaragoza.

Su salida se produce en un momento delicado para el club, inmerso en una temporada decepcionante y obligado a reajustar su plantilla sobre la marcha. Con esta decisión, Casademont Zaragoza cierra la etapa del escolta estadounidense y vuelve a mirar al mercado en busca de soluciones en el perímetro, con el objetivo de encontrar un perfil que aporte mayor regularidad, equilibrio y encaje real en las necesidades actuales del equipo.