El Partizan de Belgrado sigue en búsqueda de un nuevo entrenador que lidere el proyecto que comenzó Obradovic, pero que decidió dimitir tras una mala dinámica de resultados. No obstante, el técnico que ocupe el puesto no tendrá una situación fácil de tratar, con un ecosistema complicado y con mucho conflicto entre la presidencia, el vestuario y los aficionados. 

El Consejo de Administración del Partizan de Belgrado en llamas

La situación en el Partizan de Belgrado se ha convertido en un auténtico desorden, especialmente en el ámbito institucional. Todo comenzó con la inesperada renuncia de Željko Obradović, que sacudió al club desde sus cimientos en lo deportivo. Su salida no llegó sola: poco después, varios miembros de la directiva decidieron dar un paso al costado, evidenciando una profunda crisis interna mientras se negociaba con Joan Peñarroya como nuevo entrenador del equipo, un acuerdo que no ha llegado a buen puerto en estos instantes.

El presidente, Ostoja Mijailović, confirmó que hasta seis integrantes del Consejo de Administración abandonaron sus cargos, reduciendo notablemente la estructura directiva. Según explicó, estas salidas no tendrán un impacto grave en las finanzas, ya que la mayoría no aportaba grandes recursos económicos, sino que estaban vinculados más por afinidad personal con el exentrenador.

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Un crecimiento económico que Partizan no ha reflejado en pista

El aspecto económico vuelve a situarse en el centro del debate en el Partizan. El presidente del club ha detallado en una rueda de prensa las cifras que marcan el funcionamiento de la entidad, confirmando que el presupuesto total para la presente temporada alcanza los 27,06 millones de euros. Este aumento supone un crecimiento cercano al 36 %, impulsado principalmente por una mayor inversión en la plantilla y en la estructura deportiva tras el regreso a la Euroliga.

En ese contexto, Mijailović ha explicado que los salarios de los jugadores también registraron un incremento significativo. Los fichajes de Jabari Parker y Sheik Milton concentraron buena parte del gasto, con contratos que suman 10 millones de dólares brutos repartidos en dos temporadas. El dirigente ha subrayado que todas las cifras han sido revisadas y validadas tanto por auditorías nacionales como por los controles financieros de la Euroliga, reforzando la transparencia del club.

La posible llegada de Joan Peñarroya u otro entrenador responde, más allá de la dimisión de Obradović, a que este aumento presupuestario no se ha visto reflejado en la pista, donde el equipo ha tenido altibajos, se ha mostrado muy irregular y ocupa el decimocuarto puesto de la Euroliga, con un balance negativo de 6-9.

Inestabilidad y crítica social con la propiedad del Partizan 

Además de la inestabilidad institucional y la situación financiera, el nuevo técnico aterrizará en un Partizan marcado por las discrepancias entre la directiva y la afición, en un clima claramente tenso. El propio presidente, Ostoja Mijailović, ha reconocido públicamente esa falta de respaldo y ha admitido que su gestión, basada estrictamente en la salud económica, genera rechazo: “No soy popular entre la gente. Pero estos resultados cuestan dinero. Cuando entregue este club a mi sucesor, le entregaré el club más saneado de Europa”.