Quizá no fue tan importante la derrota en sí, el tener la segunda plaza muy complicada, que también, sino la forma en cómo se produjo. De nuevo, penoso inicio. Ocurrió, por ejemplo, en el tercer partido de los cuartos de final de la Euroliga, cuando el cuadro madrileño salió tarde al encuentro y cuando quiso llegar, el Barça ya lo había finiquitado. Ante el Caja Laboral sucedió algo similar. No termina de coger el punto el Madrid a este tipo de partidos donde se deciden cosas importantes.

El 15-23 del primer cuarto, para un 35-46 al descanso, invitaba, otra vez más, a la remontada, a los milagros de Llull, que cogió el timón, ¿alguien lo dudaba?, para conducir de su mano y de la Prigioni a la enésima remontada blanca. A estas alturas, uno se pregunta las razones por las que Bullock jugó sólo 4 minutos y Morris Almond, recién llegado, menos habituado a todo, disputó 25 minutos, que por cierto, fueron sin pena ni gloria. Apenas se levantó para tirar; 3 lanzamientos registran su estadística.

Para este tipo de partidos es cuando se necesita el aporte de todos, una realidad que no ocurrió contra el Caja Laboral. Messina no quiso referirse a ello en la rueda de prensa Aquí, si perdemos, lo hacemos todos. Buen detalle del italiano el de no señalar con el dedo a nadie. Aunque tampoco hizo falta el otro día. Las estadísticas están ahí.

Decíamos que el Madrid llegó a igualar el electrónico, 74-74 al filo de la conclusión del encuentro. Dos minutos para soñar, si soñar después de tanta ilusión veraniega es amarrar la segunda plaza. No pudieron, porque el Caja Laboral, con un afinadísimo Huertas, un genial e incisivo Splitter y buenos minutos para otros hombres como Golubovic, cerró el partido con más acierto que un Madrid que sigue sin tener muy buena pinta.

Con los play offs a la vuelta de la esquina, la segunda posición casi inalcanzable (debería perder el Baskonia los dos y el Madrid ganar su par de compromisos), Messina se enfrenta a un hipotético cruce de la muerte con el Unicaja. Recuerden el 2008.

La plantilla está cerrada apuntó el entrenador del Real Madrid al finalizar el duelo. Lo que quede de aquí a final de la campaña se lo va a jugar el italiano con lo que tiene, aunque alguno ni se quite la sudadera.