
El Real Madrid ha conseguido la segunda victoria de la serie de cuartos que le enfrentaba al Baloncesto Fuenlabrada, infrigiendo a los de Maldonado un 2-0 en el global de la eliminatoria y terminando con la andadura de los fuenlabreños en el playoff.
El Fuenlabrada ha aguantado en el partido durante algo más de dos cuartos. Los de Molin han llevado la iniciativa en la primera parte, con Llull liderando el ataque y la rotación interior blanca realizando una labor de desgaste contra la reducida batería de pívots del Fuenla, que además hoy no supuso una amenaza desde más allá de los 6,75 para abrir el campo.
Aún así, Kristaps Valters sacó la varita mágica para dar viveza y acierto al partido justo después del descanso. Liderados por el letón, los fuenlabreños se llegaron a poner por delante, pero faltó gasolina y el Real Madrid mantuvo con su velocidad de crucero para neutralizar y distanciar a los locales.
Fue entonces cuando el Fernando Martín comprendió que la temporada estaba a punto de acabar, y los aficionados se dedicaron a disfrutar. Cántico de peñas implicándoo a otras peñas, una ola seguida masivamente y la despedida a Salva Guardia -que jugaba su último partido como profesional- pusieron punto final al choque.
Tras el bocinazo final, alegría entre los jugadores del Real Madrid -al que le espera el Bilbao Basket en semifinales- y también alegría entre los fuenlabreños, con una "fiesta" de despedida en la que hubo tiempo de recordar a los artífices de una gran temporada.
Uno por uno, los jugadores salieron al centro de la pista para despedirse de una afición entregada, así como un Salva Maldonado que no se olvidó de sus compañeros en el banquillo y al que la emoción le hizo verter alguna lágrima.
Finalmente, cada peña hizo entrega de un obsequio a Salva Guardia, el eterno capitán que, dieciocho años después de su llegada al club y como él mismo ha reconocido en sus palabras de despedida, es un fuenlabreño más.