La liga ACB tendrá nuevo campeón esta temporada al vencer por la vía rápida, tres a cero, el Regal Barcelona al vigente campeón y su ejecutor la pasada campaña sobre la bocina el Caja Laboral Baskonia. Los blaugrana se llevaron la victoria del siempre difícil Buesa Arena con una canasta definitiva de Juan Carlos Navarro a falta de 33 segundos, que acabó con las esperanzas vitorianas que veían como se cerraba una irregular temporada.
El Buesa Arena era el escenario para disputar el tercer round de la serie entre los dos dominadores de la última década de la ACB. Era la semifinal que repetía las tres últimas finales y solo uno de ellos podía seguir adelante. En el Blaugrana se vio a un Barça muy superior, ante un equipo vitoriano con falta de gasolina y que caía en la irregularidad que ha ido arrastrando toda la temporada.
El Barcelona no se estaba dejando sorprender como un año atrás, cuando partiendo como favorito absoluto, que había aplastado a rival tras rival, se topó en si mismo con una mezcla de sensaciones de demasiada euforia y bajón físico y mental sobre la pista que hizo que los de Dusko Ivanovic los despacharan por un contundente 3-0. Esta vez los catalanes no se dejaron sorprender y tras el varapalo recibido en Euroliga el vestuario se ha conjurado para conseguir el objetivo de ganar la liga.
Así han llegado en su mejor momento de la temporada, en un pico de forma en el que se convierten en un nivel aún más temible. Esta noche cerraron el Buesa Arena hasta mínimo enero del 2012, con una exhibición de trabajo y de saber cerrar el partido en los momentos finales.
Constantemente estuvieron haciendo la goma, desde el 0-5 inicial, lanzado por un siempre genial Navarro en el comienzo, hasta que el propio escolta catalán cerró el partido con una “semi-bomba” de izquierdas. Solo una vez el conjunto vitoriano estuvo por encima, al comienzo del encuentro tras destapar Teletovic el tarro de las esencias.
Un espejismo, ya que la colectividad del Barça se dedicaba a estirar y estirar como si fuese la masa del pan. Lakovic jugaba unos minutos fantásticos, al igual que en toda la serie y se iban a 8 puntos. San Emeterio metía de nuevo al Baskonia en liza en el final del segundo cuarto, al que se iban con una desventaja de cuatro puntos.
Aún así las sensaciones eran extrañas. El Caja Laboral estaba en el partido, pero no daba la impresión de poder realmente al Barcelona a no ser que “enturbiaran” sensiblemente el partido, ya que por la vía del mero talento el equipo de Xavi Pascual se antojaba inaccesible.
Como es costumbre en Vitoria, el equipo visitante salió como una moto en el comienzo del tercer cuarto. Parcial de 0-6 con un Ndong que seguía viendo el aro muy fácil y diez arriba para los blaugrana.
Ahí ya el partido se hizo muy cuesta arriba, a pesar de que San Emeterio tiraba de casta y anotaba 9 puntos casi consecutivos. Extrañamente, Perovic era el líder del Barça, que aunque no tenía mucho acierto se aprovechaba también de su buena defensa que provocaba muchos fallos en el rival.
Daba la impresión de que los catalanes perdonaban demasiado, mientras los vascos a base de corazón, aunque jugando horriblemente ofensivamente y con muchos fallos de concentración defensiva entraban en partido con unos márgenes que oscilaban los tres y los cinco puntos. Pau Ribas lideraba los lideraba, ante los apagones de sus estrellas y la quinta falta de Barac.
Pero un par de defensas y alguna mala decisión, hizo que el Barcelona siguiera con la sartén por el mango y Navarro acabó con toda esperanza con una semi bomba que cerraba el viejo Buesa Arena para siempre y que lleva al Barcelona a su quinta final consecutiva.