Nedim Buza. Este es el principal culpable de que en estas líneas no estemos hablando de un posible campeonato de Unicaja en el primer NIJT de la temporada. Y es que el alero bosnio hizo una auténtica exhibición en la fase de grupos contra el cuadro malagueño, dejándolo fuera de la gran final del torneo. Pero Buza es tan sólo un tercio de un inmenso equipo que ha acabado siendo campeón en su segunda participación en un NIJT, el KK Spars.
Y es que los bosnios (la gran mayoría del año 1995) ya estuvieron presentes y compitieron a muy buen nivel en el pasado NIJT en L’Hospitalet, aunque tan sólo pudieron conseguir la séptima plaza. Ahí empezamos a ver los primeros destellos de un trío que ha arrollado en la capital transalpina. Al más que excelente Buza, una vez más, se le han vuelto a unir el descaradísimo Aleksej Nikolic (’95) y, posiblemente, el mejor interior en Europa de esta generación, Doko Salic (’95). A priori, el equipo balcánico no arrancaba como favorito en Roma… pero el corderito acabó siendo un lobo bien feroz.
Y es que ni Unicaja ni Fenerbahce pudieron superar a un KK Spars superlativo. Tres piezas claves, un engranaje casi perfecto… y que estuvo cerca de tumbar el cuadro malagueño. En la primera jornada, tanto bosnios como españoles superaron con facilidad sus primeros encuentros (86-37 para Unicaja contra el Mandoulidis heleno; 68-74 para KK Spars ante el anfitrión Stella Azzurra). Todo hacía presagiar que habría ese mismo primer día la gran final anticipada. Y así fue. El ganador del duelo entre ambos equipos acabó siendo finalista, y, finalmente, campeón.
Los malacitanos firmaron un partido muy serio desde el inicio, pero ya tras los diez primeros minutos se iban con 22-14 en su contra. Y es que tan sólo en el segundo cuarto, Unicaja dió sensación de poder competir de verdad por la victoria. El tercer cuarto fue la sentencia de los españoles. Con un Buza espectacular (acabó con 31 puntos) y un Salic que dominaba a su placer la pintura (20 puntos y 9 rebotes), el KK Spars llegó a tener una máxima de 18 puntos. Los malagueños tiraron de carácter y tiro exterior para intentar acercarse, especialmente aprovechando la mano de un Fernando Alonso pletórico (14 puntos en la segunda mitad). Pero cuando más cerca podía estar la remontada verde, apareció de nuevo Buza. Tres triples en el último cuarto del alero enterraron cualquier posibilidad de victoria española. Tan sólo un milagro en forma de derrota bosnia ante Mandoulidis metía a Unicaja en la final. Y tan sólo en los primeros veinte minutos, el cuadro heleno plantó cara. El tercer cuarto del KK Spars fue aniquilador, con un 12-29 de parcial que cerraba su entrada a la gran final.
¿Y quién esperaba allí? Pues un Fenerbahce dubitativo que tan sólo tuvo que hacer su mejor juego ante el cuadro germano del Brose Baskets. Tres victorias cómodas para los otomanos, con un Berk Ügurlu sensacional como líder. Por nombres, potencial y plantilla, la final parecía igualada…
Parecía. Nikolic y Salic no pisaron el banquillo más que en los tiempos muertos. Buza tuvo que resguardarse un pelín más por problemas de faltas (aunque disputó, al final, más de 34 minutos). Y KK Spars marcó el territorio desde el primer minuto, cerrando el primer periodo con un 23-13. Salic le ganaba la partida claramente a Sanli y Alemdaroglu, los dos principales postes otomanos. Y Nikolic ametrallaba desde el exterior. Pese a los esfuerzos de Ügurlu (que acabó con 24 puntos), Fenerbahce buscó sus opciones desde la línea de tres, pero la fortuna era totalmente bosnia. 2/20 en lanzamientos desde la larga distancia y una pobre anotación de 55 puntos, con piezas como Ayberk Guleryuz llegando a unos decepcionantes -10 de valoración. Tres armas, una víctima. KK Spars, campeón
EL QUINTETO IDEAL DEL TORNEO
De primer año. Quédense con este dato. Posiblemente la mejor perla del baloncesto otomano de su generación, este combo guard destaca por su tremenda capacidad anotadora y su magnífica visión de juego. Aunque tiene un gran problema en su irregularidad desde el triple (pobre 20% en el campeonato), es un jugador veloz y muy inteligente que entiende bien las diferentes ventajas de un partido para sacar rendimiento de ellas. Muy buen penetrador, tiene un físico más que interesante desde sus 191 centímetros de altura que le hacen un jugador muy difícil de defender encarando a canasta. Síganle de cerca, que oirán mucho tiempo hablar de él
Un killer en el más puro sentido de la palabra. Huele la sangre y remata cualquier herida. Capacidad letal para anotar desde fuera, su tiro en suspensión es uno de los más efectivos de Europa. Sabe elegir bien sus momentos para aparecer de forma más constante en los partidos, aunque nunca acaba de desaparecer. Dirige poco, aunque tiene una buena visión de juego. Su especialidad es la anotación exterior y su entrenador lo sabe. Principal arma ofensiva de su perímetro. Su progresión la marcará su tono físico, aún muy endeble para profesionales.
¿Recuerdan ustedes a Mario Hezonja? Cojan su juego y rebájenle la calidad un pelín. Este es Buza, la "versión de prueba" de un programa casi perfecto llamado Mario. Un alero con gran capacidad atlética, un tiro excepcional, una facilidad para hundir el balón el aro realmente demencial… pero que necesita madurar su juego, su cabeza y, sobretodo, ser más regular y participativo. Aglutina balón en muchas opciones, pero lo que "Buza te quita, Buza te puede dar". Y es que tiene esa capacidad para ser líder, decisivo y letal en el momento clave. Unicaja ya le ha sufrido en su punto más alto. Su futuro debe estar en América.
Unicaja tiene en este interior una enorme pieza de futuro. Un cuatro de 2’12, con buen rango de tiro (aunque no llega a tirar desde el triple) y grandes fundamentos ofensivos en la pintura. Capaz de jugar de cara y de espalda con fluidez, muy completo desde el bote y un excelente reboteador. Empezó eclipsado por los grandes nombres del cuadro malagueño como Domantas Sabonis y acabó en el quinteto ideal. Listo para competir a buen nivel entre profesionales, aunque aún lejos de la exigencia de una Liga Endesa.
Nombrado MVP del torneo, hablamos de un pívot a la vieja usanza. Un cinco de 2’10 muy duro atrás, gran reboteador y con una facilidad ofensiva realmente espectacular. Posiblemente, el mejor interior de Europa de su generación. Sabe hacerse notar en los partidos y dominar ambas zonas con pasmosa sencillez. La dureza en su juego no oculta una enorme efectividad de cara a canasta, con movimientos bien pulidos y agresivos. Es, posiblemente, el jugador más preparado para dar el salto a una primera división profesional. Físicamente hecho, con ancha espalda, fuertes brazos. No tiene un gran salto y no acostumbra a ofrecer grandes mates, prefiriendo la clásica y menos exigente bandeja a tabla. Buen rango de tiro, especialmente desde 4-5 metros, dónde puede ser un jugador letal.
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