Lo que le faltaba a José Luis Sintes, al ViveMenorca e incluso a Javier Imbroda. Cuando un equipo funciona mal, todo se le vuelve en su contra. Resulta que el ViveMenorca rescinde el pasado martes a Steve Burtt porque, según Imbroda, el club no se podía permitir que un norteamerciano aportase tan poco. Los números están ahí, cada cual que saque conclusiones, pero es que el remedio ha sido muchísimo peor que la enfermedad.
El remedio se supone que era Istvan Nemeth, tirador húngaro del AEK de Atenas al que el conjunto menorquín le tenía seguida la pista desde febrero (incluso hubo un acuerdo verbal entonces para su fichaje). Y digo se supone porque el Vive al final se queda sin Burtt y sin el húgaro, ya que el AEK Atenas no le da el tránsfer, lo que impide inscribir al jugador. Un desastre en toda regla ilustrado por la imagen de Nemeth, sentado al fondo del banquillo, sin acercarse en los tiempos muertos y aplaudiendo tímidamente. Surrealista.
En torno a las 6 de la tarde se enteró de la noticia Javier Imbroda y el resto de la plantilla. Como si no fueran pocos los problemas, el ViveMenorca añadía uno más. Con todo lo que llevaban encima, los jugadores dirigidos por el técnico melillense se plantaron en Vistalegre dispuestos a plantar batalla. Se puede decir que la dieron, aunque uno quiere pensar que el Madrid nunca temió por el resultado. Comandó el partido con cierta comodidad, Plaza dio minutos a Bogdanovic y la afición blanca vivió una noche ciertamente tranquila.
Marino Bazdaric, con 24 puntos, se quitó de encima las críticas que le habían asolado en los últimos encuentros. Su partidazo y la garra de un conjunto que se negaba a asumir su destino, fueron las armas del Menorca. Escasas, o más bien insuficientes ante un Real Madrid que tampoco hizo nada del otro mundo.
"Este tipo de partidos contra equipos que se juegan la categoría, son muy difíciles aunque haya gente que no lo entienda", decía Plaza al término del duelo.
Imbroda se mostró insistente en que el los suyos tienen una esperanza a la que aferrarse, la misma que marca la penútima plaza y una hipotética renuncia del Obradoiro. Pero esos son castillos en el aire, suposiciones que no pueden ocultar que, a día de hoy, Imbroda y su equipo están en la LEB.