Dos años en Sevilla, dos años en los que Pablo Laso como entrenador visitante se ha encontrado la misma pregunta en el Palacio de Deportes de San Pablo, durante la rueda de prensa: ¿Cómo ha visto a Hernangómez? Las dos veces ha dejado claro que el Real Madrid no lo pierde de vista. Desde el club blanco están muy atentos a su progresión, porque siempre han entendido que el viaje del pívot incluía el billete de vuelta.
En su última visita, lo remarcó: "Seguimos a Willy diariamente. Sabemos que su crecimiento como jugador está siendo muy bueno. Creo que el trabajo que está haciendo en Sevilla, tanto el año pasado como éste, es muy positivo para él; sabiendo que es un jugador nuestro, por supuesto". Por tanto, está claro que cuando acabe la temporada el interior regresará, a la espera de que le comuniquen nuevos planes para él. La renovación de su cesión fue una prioridad para Baloncesto Sevilla y su director general, José Luis Galilea, pero no podrán retener al jugador salvo que acordaran otra cesión para la próxima campaña. La pregunta en Madrid es otra: ¿está Hernangómez preparado para entrar en la rotación de sus interiores?
La fría lectura de los números
Lo primero es lo primero: tiene 20 años. No se le pueden aplicar los criterios básicos para tratar a cualquier jugador de la Liga Endesa, y mucho menos del Real Madrid. Su salto a la liga, sin embargo, es asombroso. Su primer año en las filas del Cajasol pasó de los minutos de la basura a los 13 por partido, y la media con que acabó la temporada fue más que meritoria: 5.9 puntos y 3.2 rebotes para 7.1 puntos de valoración. El equipo contaba con interiores más experimentados, incluida la potencia de Latavious Williams mientras lo dejó su lesión, y Aíto lo liberó de responsabilidades. Sin embargo, muy pocos aficionados manresanos podrán olvidar su exhibición intimidatoria en el Nou Congost: 19 puntos, 7 rebotes y 6 mates para su máxima marca entonces, 23 puntos de valoración.
Esta campaña ha confirmado que, estadísticamente, podemos hablar de uno de los mejores debuts en la ACB de los últimos años. Con mayores responsabilidades, dando un paso por delante de Balvin en la rotación y alcanzando los 21 minutos, los números que atesora en este momento parecerían definitivos: 10.4 puntos y 6 rebotes para 12.1 puntos de valoración.

No se le puede pedir más a un pívot que acaba de entrar en la veintena y que ha combinado, sin tiempo para digerirlo, su condición de júnior con la Euroliga y ahora dos temporadas completas en la Liga Endesa. Y, por si fuera poco, este año también ha disputado dos fases de la Eurocup con 8.9 puntos y 4.6 rebotes por partido. La estadística individual está ahí: es el 10º reboteador de nuestra liga, el 5º en rebotes ofensivos.
Muchos focos y muchos partidos, con hitos como los duelos ante Unicaja (21+7 para 27 val), Río Natura Monbus (15+11 para 22), UCAM Murcia (23+10 para 34) y, su máximo registro, ante el eterno rival, el FC Barcelona: 29 puntos y 13 rebotes, 43 puntos de valoración como primer servicio madridista.
Crecimiento en ataque
Pero los números no lo dicen todo. El que lo ha visto jugar, lo sabe: Willy ha demostrado su potencial ofensivo. Lidera la anotación de su equipo y son muchos los balones que pasan por él. El equipo sevillano intenta sacar partido de su pareja con Porzingis u Oriola y surtirle de balones.
Es un pívot sólido, difícil de mover en la pintura, pero hábil para desplazarse, rápido de ideas y veloz con los pies. Tiene esa chispa que tanto se puede llegar a echar en falta en un jugador de 2.10, una chispa que calienta la sangre y le permite ir un paso por delante de sus defensores. De ahí su facilidad para anotar bajo el aro. Hablamos de un jugador inteligente sobre la pista, al que puede condenar la falta de experiencia a la hora de leer los partidos. Puede equivocarse a la hora de doblar un balón o pensar mejores opciones, pero sabe moverse sin balón y atacar el aro cuando lo recibe. Tiene lo necesario para, física y mentalmente, pelear la pintura.
Para hacernos una idea de su papel en ataque, es el cuarto jugador que efectúa más tiros de dos de la competición, por encima de otros pívots clave como Tomic o Doblas; y en cuanto a posiciones, es el segundo pívot, discutiéndole el puesto a David Doblas. Además, tiene claro que su labor no es otra que hundir la bola, y así se ha ganado un puesto entre los 15 mayores matadores de la temporada. Otra cosa es la puntería, un 55%. Un dato aceptable si valoramos la cantidad de lanzamientos: 133/243. El contrapeso lo tiene en los tiros libres, un 68% francamente mejorable.
En cuanto al rebote, dobla la media del año pasado. Aprovecha su altura y, entre pívots fuertes y experimentados, consigue hacerlo fácil, aunque no podemos decir que haya llegado a dominarlo. Su aportación en los puntos no está equilibrada con los rebotes, y en este sentido podría ser muy beneficioso tener cerca a un maestro como Felipe Reyes. Complementar el talento en la anotación con otras virtudes, y el rebote sobre todo, es necesario para dar un futuro paso de pívot en un equipo aspirante a la permanencia en la Liga Endesa a todo un pívot de Euroliga.
La defensa, muy mejorable

Muy necesariamente mejorable, de hecho, porque hablamos de jugar en el Real Madrid. La velocidad que demuestra en ataque no se traduce por igual en defensa y es un defecto que llega a pesarle mucho. Le falta saber aprovechar su altura y su físico para aplacar a los pívots rivales. Endurecer sus marcajes, retenerlos y sobre todo estar atento a la hora de cortar caminos hacia el aro.
A pesar de su corpulencia, no termina de transmitir confianza atrás. Ni para las ayudas ni para marcajes individuales, si repasan las estadísticas partido por partido de Baloncesto Sevilla apreciarán marcadores abultados en sus jugadores altos. Incluso ante pívots bajitos, con el doloroso ejemplo del encuentro ante Morabanc Andorra. Sin esperar de él un intimidador total, puesto que el tapón no está entre sus armas más letales, sí que se echa en falta la misma agresividad que emplea a la hora de matar el aro.
La clave está en la concentración. Las dificultades que puede plantear a sus atacantes está antes en su cuerpo que en su actitud, y saber poner el primero al servicio del segundo lo completaría como jugador. Este detalle ha dirigido la mirada más crítica hacia la figura de Audie Norris, encargado de trabajar directamente con los interiores durante la temporada. La progresión no es tan clara como se ha venido prometiendo, tanto si hablamos de Hernangómez como otros miembros de la plantilla. En cualquier caso, también pesa la falta de experiencia: frente a la creatividad en la pintura para abordar el juego ofensivo, tiene que ganar en lectura de los ataques rivales, y cabe esperar que lo haga sumando minutos y partidos.
Conclusiones
Con 20 años no parece osado decir que le falta tiempo. Ante la prensa siempre se ha mostrado mentalizado de que los resultados sólo vendrán con el trabajo. Los seguidores madridistas pueden respirar tranquilos en este aspecto: parece tener la cabeza bien amueblada.
La afición sevillana, por el contrario, acusa una presunta preocupación por priorizar los números individuales frente a las necesidades del colectivo. Una necesidad de sumar por su cuenta que, más allá de las intenciones, sí hace chocar una campaña angustiosa en Sevilla con muestras y más muestras de talento que no irán más allá de las highlights. Ha ganado partidos como el del FC Barcelona, sí, pero su liderazgo del apartado estadístico del equipo no se hace ver sobre la pista. Con los números por delante, no podemos hablar de liderazgo.
¿Está preparado? Tiene claro que quiere jugar en el Real Madrid. Los años, el trabajo y alguna nueva cesión le permitirían seguir creciendo, potenciar sus virtudes y adquirir otras nuevas para hacer de él algo más que un cañón de asalto. ¿Lo mejor para él sería incorporarse al fin al equipo blanco? Ésa es otra pregunta y otro debate, que dejamos abierto a los lectores. Eso sí, sus cesiones han dado unos frutos directamente vinculados a la posibilidad de tener los minutos que muy difícilmente podría darle el entrenador del Real Madrid. Por su potencial y proyección podríamos estar, con suerte, ante el digno relevo de Felipe Reyes. Veremos.