
Ritmo frenético en los primeros compases del partido. Unicaja, al más puro estilo Real Madrid, salía con todo a ambos lados de la cancha. Las buenas defensas permitían a los malagueños encontrar canastas fáciles y hacerse con las primeras ventajas (9-11) mientras Laso no encontraba la tecla, con 3 cambios en los primeros 4 minutos de partido. La actividad de Fabien Causeur, con 6 puntos casi consecutivos y una asistencia a Rudy para el triple, ponía a los blancos por delante después de 5 minutos de juego (14-11). Las espadas por todo lo alto en los enfrentamientos individuales: Salin y Carroll se retaban desde el 6,75, mientras Shermadini y Tavares tenían su duelo particular en la pintura. El equilibrio no podía ser mayor. Fue Causeur el verso libre que anotó su noveno punto con un triple sobre la bocina para colocar el 26-23 al final del primer cuarto.
El inicio del segundo cuarto, un “toma y daca”. El Real Madrid seguía apoyándose en los triples (5/8) y asestaba un parcial de 8-0 que, sin embargo, no intimidó a los de Plaza. Con Alberto Díaz a los mandos y el tándem Suárez-Waczynski como ejecutores, Unicaja devolvía el parcial en forma de un tremendo 0-14 para volver a ponerse por delante (31-37). Seis triples (tres por cabeza del de Aranjuez y el polaco) anotaron los verdes ante un Real Madrid sin ideas en ataque. Hasta el +9 llegaron a distanciarse los andaluces, hasta que apareció la figura de Facundo Campazzo. El argentino, imperial en los últimos minutos de la primera mitad, comandó un nuevo parcial, esta vez de 10-0, para que el Real Madrid se fuese con una inesperada ventaja a los vestuarios (46-45).
Unicaja volvía a apoyarse en los triples para tomar las riendas en el marcador y cambiaba la estrategia poniendo a su juego interior como referente, obteniendo magníficos resultados (50-55). A pesar de que Campazzo seguía siendo el cabo suelto de los de Plaza, el ritmo del partido estaba esta vez en sus manos. Pasaban los minutos y los verdes, esta vez de la mano de McCallum, se mantenían firmes ante un Madrid completamente fuera de su zona de confort (64-66, min.30).
El cuarto triple sin fallo de Adam Waczynski hacía subir la fe de Unicaja. El Madrid estaba completamente noqueado pero no terminaba de perder la estela en el marcador. Después de varios minutos sin anotar, volvió Campazzo a cancha para asistir a Reyes y colocar el 69-72 a 6 minutos para el final del encuentro. El miedo se apoderaba de los dos equipos, pero no de Waczynski, que por quinta vez ametralló el aro madridista para levantar a su afición y colocar el 70-77. El Madrid sin embargo no tiraba la toalla y con un arreón culminado en triple de Rudy conseguía empatar cuando peor pintaban las cosas (min.37).
En ese momento apareció el Real Madrid más serio del partido. Consiguieron dar con la tecla en defensa y en cuestión de segundos cambiaron totalmente la cara del marcador: 86-81. Nedovic se inventaba un triplazo tremendo para colocar el 86-84 y la presión en los hombros de Rudy en la línea de tiros libres. Un lanzamiento dentro y Unicaja que tendría la posibilidad de empatar con 30 segundos por jugarse. Pero Nedovic la perdió, reclamando falta personal. El destino quiso que fuera el héroe blanco, Facundo Campazzo, quien sentenciase el partido desde la personal.

1. La respuesta de Unicaja en el segundo cuarto
Los verdes no sucumbieron a la buena puesta en escena del Real Madrid. Cuando parecía que los de Laso se iban haciendo con las riendas (31-23), Unicaja respondió a base de defensa y acierto. Seis triples casi consecutivos, un Nedovic perfecto desde la personal y una impecable defensa sobre las líneas de pase provocaron un parcial de 5-22 que cerca estuvo de sacar al Real Madrid del encuentro (36-45). Campazzo y Doncic fueron el antídoto a unos temibles minutos malagueños. Más aún en una Copa del Rey.
2. Facundo Campazzo sostuvo y resucitó al Real Madrid
Fue el mejor con diferencia de los suyos, sobre todo en el aspecto anímico. El argentino asumió la difícil tarea de mantener al campeón en el escenario más complicado posible. Durante el segundo periodo, fue la figura que recompuso al Real Madrid tras el 0-14 de Unicaja y trajo la tranquilidad al descanso. Durante la segunda parte, con el Madrid a remolque y Doncic completamente desacertado, tuvo la templanza para ser efectivo en momentos realmente complicados. Su trabajo de manos durante todo el partido (incluida la que provocó la pérdida de Nedovic), impagable. Su mejor partido con la camiseta del Real Madrid en el partido más importante de la temporada.
3. Unicaja no supo ganar
Dominaron durante gran parte del encuentro, especialmente durante la segunda mitad. Consiguieron desactivar el juego interior blanco y tener a Doncic completamente desorientado. Todo en orden. Además, un 13/25 en triples y un Adam Waczynski infalible (5/5) hacían sangre ante un Real Madrid completamente fuera de partido. Sin embargo, con 70-77 a 4 minutos para el final, el miedo se apoderó de los de Plaza, que encadenaron una terrible serie de errores que permitió a los blancos anotar 19 puntos en ese periodo de tiempo. Demasiados.


