El FIACT Joventut se llevó una victoria de prestigio en el Buesa Arena al derrocar al Caja Laboral por dos puntos en la tarde del domingo. El partido se decidió en el último tiro, un lanzamiento triple del base francés Thomas Heurtel para la victoria, que ni tan siquiera llegó al aro a pesar de lanzar libre de marca. Con esta derrota, el Baskonia no termina por amarrar definitivamente la tercera plaza y sigue necesitando una victoria más en el caso de no querer depender de otros resultados.

Los vitorianos mostraron su pero cara, esa mala imagen que está dando en muchos partidos de esta temporada, normalmente ante equipos de la parte baja y media de la tabla, que mucho difiere de las buenísimas sensaciones que mostró en el Palau Blaugrana el pasado jueves. Dusko Ivanovic expresó claramente su descontento en sala de prensa acusando a algunos jugadores de “tener mentalidad de equipo pequeño”.

Las aguas bajan turbias en el Buesa Arena, con equipo falto de deseo y de tensión que cuando quiso sacar el partido adelante ya era demasiado tarde.

La penya, sin mostrar nada del otro mundo, fue un equipo superior sobre el parqué de Zurbano. De hecho lideraron la mayor parte del encuentro con comodidad, corriendo la pista cuando se podía y haciendo mucho daño ofensivamente en las cercanías del aro. Mediado el segundo cuarto un parcial de 2-13 les daba una ventaja de 11 puntos que conservarían durante gran parte del partido.

Los vitorianos iban a rachas, espoleados por rachas individuales más que otra cosa. El segundo y tercer cuarto mostraban a las claras el nulo nivel del partido, con muchos minutos en que ambos enlazaban error tras error, con pérdidas fallos de tiros cómodos por falta de tensión etc. Esos momentos los aprovechaba el Baskonia para acercarse tímidamente merced a su mayor talento, pero los verdinegros siempre conseguían hacer la goma.

Caja Laboral quiso entrar en el último cuarto en el partido, subiendo el nivel defensivo y la intensidad, sobre todo con Nocioni y Nemanja Bjelica, pero en cuanto los azulgrana erraban, el equipo catalán era capaz de castigar manteniendo la ventaja en torno a los cinco puntos.

En los últimos tres minutos, la garra baskonista igualó el partido a 66, con una penya que perdonaba dar la puntilla al choque con algunos fallos. Con 13 segundos, los de Badalona tenían posesión, pero Dusko Ivanovic decidió hacer falta para tener el último tiro. Van Lacke no perdonó desde la línea.

El Baskonia tenía los últimos 10 segundos para ganar o empatar el partido. Un desaguisado, en un balón que iba destinado a Teletovic, acabó con el balón en las manos de Heurtel, que tras un aclarado y una finta se quedó con un trio libre de marca sobre la bocina que ni tan siquiera tocaría aro, dándole así una merecida victoria al FIACT Joventut.