Llegó como uno de los fichajes del verano, ilusionante vuelta a casa después de su paso por la NBA pero su rendimiento hasta ahora deja más dudas que certezas. Su paso por la NBA lo ha lastrado más que impulsarlo, el cobijo de la Liga Endesa no ha sido tal. Analizamos cómo ha sido su temporada en Liga regular y cómo está pasando la prueba en los playoffs.

Usman Garuba no convence en la Liga regular

Usman Garuba acumuló en la temporada 2024‑25 en ACB promedios modestos: 5,4 puntos, 3,4 rebotes, 0,5 asistencias y 0,6 bloqueos, jugando 14,4 minutos por partido en 28 encuentros. En EuroLeague, cifras similares confirman que no ha logrado afianzarse ni aportar con continuidad. Su rendimiento está muy por debajo del nivel interior habitual del Real Madrid, lo que plantea interrogantes sobre su readaptación al baloncesto europeo, no ha vuelto a ser el que fué, y no ha sido el único.

En los playoffs, su protagonismo se desploma

Durante los playoff Liga Endesa, su participación se ha reducido aún más. En la serie de cuartos y semifinales, apenas ha disputado 17 minutos repartidos en varios partidos, con un total de 5 puntos y 4 rebotes en esos minutos . Según datos por cada 40 minutos, en playoffs promedió 14,7 puntos y 12,2 rebotes, valores ampliamente teóricos y poco representativos de su rol real. Lo relevante es que nunca ha sido una opción consistente para Chus Mateo ni en rotaciones regulares ni en momentos clave.

La rotación le deja fuera del foco

A la sombra de referentes como Tavares, Ibaka y Fernando, Garuba no ha encontrado espacio para asumir responsabilidades en ataque o bloqueo de rebotes ofensivos. Ha sido visto más como recurso puntual que como pieza estructural. Desde los mentideros deportivos se ha cuestionado su falta de solidez y presencia física, necesarias en partidos de alto ritmo, aunque en ocasiones puntuales sí que demuestra su valía, está lejos de ser el jugador determinante que el Real Madrid necesita.

El mercado ya murmura

Con la temporada en su recta final, el club ya valora alternativas más experimentadas o con mayor agresividad en cancha. Su contrato expira en 2026, pero si no hay un salto de nivel real, el Real Madrid puede optar por un trueque que refuerce la pintura y la intimidación.