Mal bagaje se trae Unicaja de su partido en Kaunas. Además de una derrota dolorosa por el modo en que se produjo y la imagen del equipo en los tres primeros cuartos, el conjunto malagueño vuelve con dos jugadores lesionados, Kristaps Valters con una rotura de fibras en el abductor de su pierna derecha no podrá jugar este domingo ante Estudiantes, quedándose casi seguro Chus Mateo sin base para el encuentro pues Rowland no está aún entrenando.
Pero la lesión que más preocupa es la de Tremmell Darden. El americano disputó ante Zalgiris su peor encuentro de la temporada, algo inusual pues hasta el momento, sin muchos momentos de gran brillantez, Darden ha ido cumpliendo su papel y haciendo actuaciones más que dignas.
La explicación a su mal partido ha sido un jarro de agua fría. Sufre una rotura en el primer metacarpiano de su mano izquierda y las pruebas han determinado que debe pasar por quirófano, debiendo estar de baja entre dos y tres meses. Todo un varapalo para Chus Mateo que parecía tener sus piezas ensambladas y con todos sabiendo su rol y su papel en el equipo.
Ahora se abre el abanico de posibilidades para cubrir la baja del escolta cajista. Como siempre, el primer pensamiento que surge es la llegada de un temporero, aunque conociendo la situación de la entidad en cuanto al gasto económico y las posibilidades de traer un jugador de garantías con los condicionantes actuales de que sea sólo temporal y el final del lockout, habría que hilar muy fino para traer algo de calidad a un precio razonable.
Otra opción es mirar hacia la plantilla y hacia el Clínicas Rincón. Puede intentar que Saúl Blanco reciba su enésima oportunidad de mostrar al fin las características de jugador que hicieron que Unicaja decidiese hacer un desembolso importante por él, o darle la alternativa a Álex Abrines y Mark Payne, dos jugadores que ya están entrando en dinámica de equipo, sobre todo el español, y que podrían aprovechar los minutos de gran manera.
Donde no hay dudas es que ahora el puesto de titular es para Hrvoje Peric. Y ciertamente, la afición está más que tranquila con el jugador croata y con el rendimiento que puede dar después de que haya sido una de las sensaciones de la temporada.
El caso de Peric está siendo bastante curioso. Firmado hace dos temporadas, ha estado a punto de ser un jugador que haya pasado por Unicaja sin haber disputado ni un sólo minuto con los malagueños. El pasado año fue cedido a la Benetton de Treviso, con los que llegó a disputar la Final a 4 de la Eurocup.
Pero el jugador parecía no haber convencido a los técnicos del conjunto malagueño y este verano estaba más fuera que dentro de sus planes. Pero si algo tiene el croata es tesón y confianza en sí mismo. Desde verano se ha vaciado en cada entrenamiento, se ha esforzado al máximo y a base de trabajo se ha ido ganando oportunidades.
El Carpena comenzaba la temporada analizando a su equipo con lupa, cansado de unas temporadas anteriores donde el equipo no ha dado la talla pero, sobre todo, ha sido tachado muchas veces de indolente y de falto de sangre. Este año todo ha cambiado y en el pabellón malagueño vuelven a ver un equipo que se deja la piel, y uno de los que lo hace al máximo es Peric.
Duro fajador, sabe cargar muy bien el rebote leyendo la trayectoria del balón y adelantándose a su rival, pero además es inteligente en la búsqueda de la jugada en ataque, sabiendo ver las ventajsa tanto suyas como de sus compañeros en las marcas.
Actualmente tiene el mejor porcentaje en tiros de 2 de la Liga Endesa, aunque es cierto que con sólo 30 intentos de los cuáles 22 acabaron en canasta. Es un currante del baloncesto, un jugador que sabe esconder sus limitaciones y explotar sus facultades y que tiene los tres valores que Chus Mateo ha querido inculcar al equipo: coraje, ambición e ilusión. Es la hora de Peric.