Si hay un club que despierta admiración y cariño ese es el conjunto del Bages. Un equipo que año tras año y con uno de los presupuestos más modestos (por no decir el más pequeño) se codea año tras año en una competición tan exigente como la ACB con dignidad y mucha valentía.

Conocidos sus problemas económicos estas ultimas temporadas cada final de curso es una odisea a la hora de cuadrar números a fin de poder cubrir el mínimo exigible para poder continuar al máximo nivel. La búsqueda de sponsors y la venta de jugadores son los activos con los que cuentan para subsistir.

Este inicio de temporada ha sido complicado debido a las lesiones que han afectado a la plantilla y especialmente a dos jugadores titulares (Roman Montañez y Brian Cusworth). El capitán, debido a sus continuos problemas fisicos, no ha podido actuar con regularidad y eso lo ha acusado su equipo que ha perdido un referente en la pista. Por otro lado, la baja del pivot americano se ha dejado notar en el juego interior tanto en la intimidación como en la fuerza y la anotación. Alzamora, Majstorovic y Lewis han tenido que suplir ese handicap en la zona sin demasiados buenos resultados.

El fichaje de Owens fue temporal (estuvo 4 partidos) y la incorporación de Uros Slokar, que tiene un perfil diferente a Cusworth, ya empieza a dar sus frutos y aportar cosas positivas.

Por suerte, la recuperación de Alex Llorca y el paso adelante que han dado jugadores como Jordi Grimau o Dani Lopez han posibilitado una reacción que se ha visto reflejada en dos victorias sobre la bocina que han permitido respirar.

El técnico catalán, tras el partido contra el Barça, explicaba sus sensaciones respecto a su equipo y acerca del pasado, presente y futuro:

"Nosotros como todos sabéis hemos pasado unos tiempos dificiles justo comenzar la liga. Hemos tenido que reencajar. De repente, en la primera jornada, pasamos a ser un equipo totalmente diferente. Un equipo que tenía que redefinir roles, incluso conceptualmente nos teníamos que redefinir porque pasamos a ser diferentes. Y además teníamos que coger, conocer o descubrir nuestra esencia. El equipo empieza a cambiar a partir que desde atrás empezamos a dar pasos hacia adelante. Si es verdad que habíamos tenido hasta ahora una muy poca solidez y consistencia mental que obviamente se ha visto en los partidos que hemos jugado ultimamente que eran de locura. Parciales arriba y abajo. Cuando perdíamos el rumbo lo perdíamos absolutamente".

Consideraba un punto de inflexión el partido en el Palau ya que "teníamos por delante jugar contra un equipo tan bueno y tan exigente como el Barça, con tanta envergadura que es capaz por momentos de hacerte muy pequeño. Era un gran partido para nosotros para dar un paso hacia adelante a nivel mental y yo creo que lo hemos hecho. Estoy satisfecho por esto pero como ha sido evidente nos faltan muchas cosas por mejorar. Tenemos que ir probando argumentos y virtudes que nos hagan ser más competitivos pero hay una cosa que ya se está viendo que es el tema defensivo" indicaba como hecho más destacable.

Si de algo se caracterizaba el Manresa era de hacer de su casa un fortín y en consecuencia ser de las canchas más complicadas de la liga ACB lo que le permitia mantenerse en posiciones tranquilas y no sufrir en demasía. Este año por diferentes circunstancias se había perdido esa identidad y garra que siempre les había caracterizado.

Parece ser que la han vuelto a encontrar y nos alegramos por ello. Que las suerte les acompañe.