“En realidad usaré el 41 porque estaba libre, y sí claro, porque me gusta, pero no por nada especial, es el número que siempre he usado”. Estas eran unas de las primeras palabras que Justin Hamilton (California, 1990) pronunció como jugador del Valencia Basket el 26 de Agosto de 2015, en la rueda de prensa de presentación como jugador ‘taronja’ al ser preguntado por el dorsal que luciría en el equipo valenciano, tan asociado a Dirk Nowitzki. “Me gusta jugar duro, lo que sea con tal de ayudar al equipo” decía un tímido Justin cuando le preguntaron por su juego, tal vez, el aspecto que más dudas generaba entre los aficionados.
Con 2’13 cm de altura y formado en la universidad de Iowa State, primero, y de Lusiana State, después, fue seleccionado en el draft de la NBA de 2012 en segunda ronda por Philadelphia 76ers. Pasó por Cibona de Zagreb y por el baloncesto letón, concretamente, en el VEF Riga, para volver a la máxima competición baloncestística en 2013 con Charlotte Bobcats, donde tuvo apenas oportunidades. Ya en la Liga de Desarrollo fue donde demostró todas las habilidades que caracterizan a este espigado center rubio. Una buena mano desde fuera, cierta agresividad pero poca brega y pelea. Un jugador además, siempre listo para añadir un highlight a su currículum. Si bien es cierto que no demostró todo su potencial en Europa o en la NBA, con pocas oportunidades por otra parte, sí lo hizo en la Liga de Desarrollo estadounidense. Casi 20 puntos y más de 9 rebotes promedió durante los partidos que jugó en los Siux Falls Skyforce, equipo afiliado a Miami Heat entre otros. Sus buenos porcentajes en triples (37’8%) y su notable cifra de rebotes le llevaron a, en la temporada 2013-2014, ser firmado por los Miami Heat de LeBron James para formar parte del equipo que intentaría revalidar el anillo por tercera vez consecutiva. Sin duda, encajaba a la perfección; buena mano desde fuera para aprovechar los espacios que James y Wade concedían y buen hacer con los rebotes para un equipo que adolecía de poderío interior. Nada más lejos de la realidad, Justin no cuajó en el cuadro de Spoeltra y apenas jugó siete partidos con una media de diez minutos.
Al menos consiguió quedarse en la NBA hasta final de temporada. En la siguiente, la 2014-2015, jugaría 24 partidos con los de Florida antes de ser traspasado a New Orleans, donde sería cortado inmediatamente. Minnesota Timberwolves, con muchos problemas de lesiones en su rotación interior, decide entonces contratarlo hasta final de temporada. Era febrero de 2014. En el equipo de Ricky Rubio, finalmente, si que dispone de minutos, 24 por partido, pero no demuestra ser el jugador que dominaba en la D-League. 9 puntos y 5 rebotes con, eso sí, buenos porcentajes en los tiros de campo, 51%.
Tras una temporada donde por fin juega en la NBA, se presenta en las Ligas de Verano, sin mucho éxito. Hacía allí partieron, por otra parte, varios empleados de Valencia Basket, un club que necesitaba rehacerse después de una temporada un tanto decepcionante al principio, y que concluyó con un germen que a la postre ha marcado el carácter de un equipo que sólo sabe ganar. Pedro Martínez, entrenador del ahora flamante líder de la liga Endesa, viajó en julio a Orlando y a Las Vegas para buscar las piezas que faltaban a su equipo. Entre ellas, un pívot que se acoplara con Bojan Dubjlevic.
Cuando de repente, todo parecía que Valencia Basket ficharía un jugador de carácter intimidador, más centrado en la defensa y con potencial para parar a los Tomic o Ayón, Valencia Basket firmó al entonces desconocido Justin Hamilton. “Me gusta jugar duro, lo que sea con tal de ayudar al equipo” quizás eran las palabras que más sorprendían. Parecía que Valencia Basket se había vuelto a equivocar, nuevamente, en el fichaje del compañero de Bojan.
Tras una pretemporada fantástica, el Valencia Basket se presentaba en el Palacio de los Deportes dispuesto a amargar el debut liguero al Real Madrid, el campeón de todo, y Justin Hamilton era titular. El norteamericano con pasaporte croata acabó el partido como MVP del mismo, con 24 puntos, 6 rebotes y un total de 26 de valoración y encima Valencia Basket se llevó la primera de las 28 victorias consecutivas que actualmente lleva. Casi nada. ¿Fruto de un día? Nada más lejos de la realidad. A pesar de su condición de novato, el pívot ya se ha hecho con el premio MVP del mes de noviembre en la Liga Endesa. Sus cerca de 15 puntos, 5 rebotes, 56% en tiros de 2, 49% en tiros de 3 y sus 16 puntos de valoración no hacen más que demostrar el acierto del conjunto taronja con su fichaje. Y a pesar del bajón sufrido en las últimas jornadas, debido sobre todo al cansancio acumulado y al juego coral del que hace gala el conjunto de Pedro Martínez, Justin Hamilton se ha convertido en uno de los jugadores más a tener en cuenta del viejo continente. Su tremendo arsenal ofensivo (puede anotar desde cualquier posición de la cancha) y su enorme envergadura, sumado a la madurez a la que está llegando en Valencia ofrecen al bueno de Justin una segunda oportunidad para instalarse en el baloncesto de élite, ya sea en Europa o en la NBA.
Hamilton se acopla perfectamente al juego que Pedro Martínez ha instalado en el Valencia Basket. Lo entiende, “aprendí las reglas (FIBA) y a entender la competición. Jugué contra muchos equipos y jugadores diferentes y eso creo que me va a ayudar mucho para prepararme a la hora de dar el salto a una gran Liga como es la española” decía el center en su presentación en relación a su paso por Europa. Se mueve rápido y sabe pasar, entiende el pick’n’roll, tira desde cualquier sitio, sobre todo desde el triple, su envergadura produce muchas dificultades para llegar al aro propio y encima no necesita coger demasiados rebotes, porque eso es tarea del equipo en general. Ha caído de pie y encima pisando fuerte. También, su humildad y sencillez acoplan en un equipo donde las individualidades son lo último. “Me gusta jugar duro, lo que sea con tal de ayudar al equipo” decía su primer día. No, esas palabras ya no sorprenden, esas palabras ya son una auténtica realidad.