Está siendo un verano movido en el club catalán. Después de la marcha del entrenador, Ricard Casas, al Pamesa Valencia, se confirmaron las bajas de Harper Williams y Juan Alberto Espil, a los que no se les renovó el contrato. Desde ese momento, los dos grandes objetivos del verano para el nuevo cuerpo técnico, encabezado por Xavi García, hasta entonces segundo entrenador, pasaron a ser: primero, renovar a Phil Ricci, que dio un gran rendimiento la pasada temporada; y segundo contratar a un 3 “de prestigio”, según palabras de la directiva.

Así pues, todo el cuerpo técnico del RICOH escudriña el mercado en busca de un 3 que cubra sus necesidades ajustándose al, porque no decirlo, escaso presupuesto de que disponen.

Con fundamento o no, entre prensa y aficionados se oyen rumores. Estos van desde Federico Kammerichs a Ademola Okulaja, del retorno de Paco Vázquez a Nikola Radulovic, e incluso llegan hasta Milan Gurovic.

Y el club parece que apunta alto y dirige sus esfuerzos hacia el jugador serbo-griego que jugó la temporada pasada en el DKV Joventut. Milan Malatras, nombre griego con el que está registrado en la ACB Milan Gurovic, de 29 años, tiene una trayectoria estelar. Campeón del mundo y de Europa con Yugoslavia y ex-jugador, en España, del Barça y del Unicaja, con los que ha jugado varias finales ACB e incluso llegó a ganarla en la temporada 98-99 con el F.C. Barcelona. Es un tirador excepcional, de 207 cm. de altura, elegante, ágil, rápido y coordinado. A pesar de su altura no es un gran reboteador y tampoco es desequilibrante en el dribling pero hace un buen trabajo en defensa, aunque tiene problemas con jugadores más rápidos, y es hábil y espectacular finalizando contraataques. Todo esto hace que de confirmarse el fichaje Gurovic pase a ser, probablemente, el jugador mas cotizado que haya recalado nunca en Manresa.

A pesar de los datos estadísticos que le confirman como un buen jugador, Gurovic siempre se ha caracterizado por ser problemático. Desde la relación con sus compañeros a su afición por las noches de juerga, pasando por el polémico tatuaje que luce en su brazo izquierdo. Precisamente este tatuaje, que representa al líder ultra nacionalista serbio Draza Mihailovic, acusado de traición y de colaboración con el enemigo durante la Segunda Guerra Mundial y condenado a muerte por esas acusaciones, hace que desde que se conoce el interés del club manresano por su contratación hayan surgido, entre los aficionados, voces contrarias a su fichaje. Ha circulado entre estos y ha llegado al club, un escrito en el que se pide que no se produzca dicha adquisición y que de producirse, se obligue al jugador a quitarse el tatuaje o, como mínimo, a tapárselo para jugar. Se argumenta que en un club que ha colaborado con diferentes campañas en contra del racismo y la violencia no puede jugar una persona que luce semejante tatuaje. Uno de los iniciadores de dicho movimiento llega a entrevistarse con el presidente del club, Josep Vives, para dejarle clara su postura.

Y así encontramos el tema por el momento, en la prensa ya se ha “confirmado” el fichaje por dos temporadas del alero, pero el hecho es que no se ha firmado aún nada y que el jugador no ha sido presentado. Habrá que ir siguiendo la historia que tiene trazas de ser uno de los fichajes del verano, aunque estemos hablando de uno de los clubes más modestos de la ACB.