Difícilmente podríamos encontrar un equipo en toda la historia del baloncesto que pueda ganar o marcar una época sin un buen base. Incluso teniendo una pieza en el puesto de director de juego el éxito no está garantizado. La principal cuna de talento está en Estados Unidos, pero no siempre los americanos pueden dirigir un proyecto en Europa.
Y de eso, en Barcelona, pueden afirmarlo con hasta seis argumentos distintos. Desde Jasikevicius, el equipo azulgrana ha visto como esa posición ha flaqueado bastante y no se ha encontrado un director de juego puro (aunque Lakovic dio muy buenos frutos). El intento de hacer jugar a un base americano en el Palau no ha sido la solución al problema, aunque hay luces y sombras.
Esta temporada, Jacob Pullen intentará romper esta especie de maleficio y demostrar su talento. Pullen es el séptimo base estadounidense de la historia del baloncesto azulgrana. La sección, que durante las décadas doradas de los ochenta y los noventa siempre ha contado con bases nacionales o europeos, no ha abusado de un director de juego americano. De los seis que habían pasado por el Club hasta ahora (Goldwire, Hawkins, Overton, Williams, Cota y Barrett), tan sólo tres tuvieron un papel importante dentro del equipo durante la temporada en que jugaron en Barcelona.
Goldwire, pionero
Anthony Goldwire aterrizó en Barcelona la temporada 1999 /2000. Aquella temporada, dirigido por Aíto García Reneses, el americano compartió la posición de base con Nacho Rodríguez. Llegó en el puesto de Djordjevic y disputó un total de 49 partidos en competiciones ACB y 23 en la Copa de Europa. Sus números superaron la decena de puntos.
Hawkins suplió a Saras
En enero del 2001, a media temporada, una vez Ronny Seikaly fue cortado y Sarunas Jasikevicius se lesionó, Hawkins llegó para terminar la temporada. Fue ese año en el que Gasol se consagró en la Copa del Rey y en la final de la ACB. Perdió protagonismo cuando el lituano regresó, pero aportó mucho para el doblete.
Shammond Williams, el más fructífero
En 2005, con Ivanovic en el banquillo, Williams fue la apuesta en el puesto de director de orquesta. Tras una brillante temporada en Rusia con el Unics Kazan, quiso demostrar su talento en España. Aunque a nivel individual hizo buenos números (12, 4 puntos en la Liga ACB y 5,4 asistencias por partido), el equipo no terminó de funcionar y no se logró ningún título.
Luces y sombras
Justo después de Hawkins llegó Doug Overton a Barcelona para jugar unos meses. Tan solo jugó dos partidos y se fue a los Clippers. Su recuerdo es gracioso, ya que pidió un tiempo muerto en una acción en medio de la pista pensando que se podía hacer como en la NBA.
Ed Cota, refuerzo temporal durante la temporada 2005/ 06, compitió con el Barça durante tres meses y tan sólo disputó nueve partidos en la Liga ACB .
En cuanto a Andre Barrett, la temporada 2008/09 fue fichado como tercer base y su papel fue discreto con un total de 27 partidos en la ACB y muy pocos minutos en cancha.
Pullen destaca por ser un anotador puro, por lo que contrasta con Marcelinho y Sada, uno más asistente y otro más defensivo respectivamente. ¿Se acabará el maleficio y se adaptará al estilo europeo?