Espectacular MVP Rudy

No era el favorito al reconocimiento en la serie (probablemente ni entraba en las quinielas) pero el mejor nivel de Rudy Fernández apareció en la final para consumar la remontada y devolver el título a Madrid. A sus 33 años e inmerso en negociaciones sobre su renovación, el balear ha ido claramente de menos a más durante toda la temporada y dentro de la propia eliminatoria por el título. Sus dos primeros partidos fueron bastante discretos (-3 y 4 de valoración) pero en el primero en el Buesa Arena un triple suyo mediado el tercer cuarto igualó el choque cuando más apretaban los locales y subió sus prestaciones defensivas cuando se jugaban las habichuelas.

La explosión llegó en el 4º y definitivo encuentro en el que firmó 27 puntos, 5 asistencias y 3 recuperaciones para 33 de valoración y el reconocimiento como mejor jugador de la final, que suma a sus tres MVP de Copa (2004, 2008 y 2015) y al de la Supercopa (2012). Mención aparte merece su actuación en el segundo cuarto: 17 puntos, 4/4 triples en 5 minutos +7 con él en pista, partido totalmente nuevo y a postre, victoria y campeonato.

Mayor fondo de armario

La amplísima rotación de los campeones de Europa ha jugado un papel esencial en la serie final y es que son varios los jugadores de Laso que han tenido momentos de brillantez a lo largo de los 4 partidos. Amén del MVP Rudy, se ha hablado mucho de la candidatura de Jaycee Carroll y es que en los 3 primeros anotó la friolera de 17 puntos de media en menos de 18 minutos con un estratosférico 11/18 en triples. Carroll, otrora máximo anotador de la ACB de la mano de Pedro Martínez y extranjero con más partidos en la historia del Real Madrid, llegó con el propio Laso en 2011 y a sus 35 años se le sigue escabullendo el merecido reconocimiento individual de blanco.

Luka Doncic también ha demostrado su capacidad innata para producir en cancha y ha sido el más valorado de la final con 16,5 de media (12,5 puntos) en la que a todas luces se presenta como la despedida del club. La intimidación del coloso Tavares, el factor X Thompkins (7/9 en triples en las victorias madridistas), la movilidad de Ayón y Reyes e incluso la chispa en momentos clave de Campazzo han sido demasiado para el Kirolbet Baskonia.

Rotación menguante del Baskonia

La final nos he dejado una riqueza táctica enorme gracias a Pablo Laso y Pedro Martínez, en el que ha sido el reencuentro en la final de dos de los mejores gestores de banquillo de la Liga Endesa. Lo cierto es que el mayor abanico de opciones de Laso ha terminado siendo una losa demasiado pesada para un Kirolbet Baskonia que sin embargo no ha estado tan lejos en cuanto a nivel de juego como el 3-1 pudiera hacer pensar.

En el primer encuentro y saldado con victoria baskonista fue Luca Vildoza el que se doctoró con 16 puntos pero se ha mostrado nucho más irregular conforme avanzaba la serie hasta el punto de desaparecer por completo ayer (2 puntos). Vincent Poirier, ese perfecto desconocido cuando llegó a Vitoria-Gasteiz hace un año se ha convertido durante ese período en un coloso bajo los aros, pero su aportación en la serie ha ido decayendo (13-12-11-4 puntos) y se le ha visto superado más allá de sus eléctricos inicios de partido, ostensiblemente fatigado por tener que disputar tantos minutos ante la guadianesca comparecencia de Diop.

Con Granger tocado desde hace meses, poco se ha sabido de Garino, Timma, Huertas o el convaleciente Voigtmann y sin duda ha sido Matt Janning el hombre más consistente en la eliminatoria entre fogonazos de Beaubois o Shengelia. El georgiano ha sido el que más ha sufrido la pizarra de Laso y es que se ha visto “obligado” a lanzar por encima de 5 triples por encuentro cuando no es su arma predilecta (ha acreditado 2 por noche en su temporada más triplista) y ha sufrido mucho al no poder encarar el aro como acostumbra.

En definitiva, el Real Madrid justo campeón de la Liga Endesa 2017-18 en una preciosa serie final con registros anotadores que no se veían desde comienzos de la década de los 90. En el horizonte un largo período estival en el que ambos clubes tendrán que lidiar presumiblemente con importantes bajas y en el que la hoja de ruta pasa indudablemente por dar continuidad a sendos proyectos.