Quizá el horario, para aquellos que disfrutan de los placeres del sábado noche, no sea el más adecuado. Para otros, puede ser una manera de amortiguar el impacto de las muchas veces depresivas tardes de domingo. Sin embargo, ahora que se acerca la primavera y empiezan a aflorar los polos, las mangas cortas y las gafas de sol, ir por la mañana a Carabanchel se convierte en algo saludable. Y principalmente para los aficionados del Madrid, pues desde hace mucho tiempo no ven perder a su equipo un domingo por la mañana. Hoy nada ha sido diferente. Aunque ojo, no se dejen engañar por el marcador. El encuentro estuvo más disputado de lo que pueda parecer y si el Unicaja no se llevó la victoria fue porque el Madrid es un equipo más sólido, más hecho y sabe perfectamente el camino que debe seguir.
Los visitantes empezaron bien plantados sobre el parquet, con un Daniel Santiago muy incisivo en la pintura. El puertorriqueño fue el dueño y señor del primer parcial gracias a sus 7 puntos y 5 faltas recibidas. Hacía daño y ponía en problemas a la defensa blanca hasta que las propias personales, tan beneficiosas para su equipo, se volvieron en su contra. También lo hizo la afición madridista, enfadada por la dureza y el constante braceo del pívot malagueño. Ese es su mayor handicap, la incapacidad para evitar el cometer personales. El último cuarto lo afrontó el Unicaja con su hombre de referencia al borde de la eliminación. Sus prestaciones bajaban y una quinta infracción le mandaba para siempre al banco. El Unicaja perdía altura y de paso, buena parte del choque. El parcial de los últimos diez minutos fue demoledor (30-13). Hasta ese momento el Madrid se había empleado a fondo, no se crean, pero la igualdad no se deshacía. El penúltimo asalto finalizaba con una exigua ventaja para los locales (56-53), que habían encontrado en Raül López un puntal ofensivo inesperado. El junior de oro estuvo especialmente atinado de cara al aro y anotó los 5 tiros de dos que intentó, de igual forma que hizo con los lanzamientos libres. Terminó con quince puntos y su ausencia a la hora de asistir fue suplida por Tunçeri (6 pases de canasta).
Así las cosas, en el momento decisivo el Madrid supo aplicar una velocidad más al partido para lograr un triunfo con el que culmina, de manera sobresaliente, una semana que se preveía complicada.
El mértio de los blancos está en llegar en plena forma a los kilometros finales de esa carrera de fondo a la que se refería Joan Plaza al principio de temporada.