Como si alguien se hubiera cebado con un par de muñecos Vudú, primero Víctor Claver y posteriormente James Augustine caían lesionados. Y el Power Electronics Valencia sufría las consecuencias, precisamente a las puertas de afrontar sus compromisos más decisivos del año, tanto en liga regular como, sobre todo, en Euroliga.

La lesión del capitán taronja, una fractura metetarsiana en el pie derecho, se recibía con caras largas en Valencia. Y es que Claver estaba siendo, hasta la fecha, el hombre más destacado del equipo. Sus 12 puntos y 4 rebotes de medía así lo avalaban. Esta lesión llegaba, además, en un momento en el que el PE Valencia se jugaba a cara o cruz su supervivencia europea. Primero en Zalguiris, y una semana más tarde en casa ante Fenerbahçe.

Entonces apareció la figura de Jeremy Richardson, un alero fichado a principio de temporada, que también por culpa de una lesión había disfrutado de pocas oportunidades para demostrar de lo que era capaz. Lo hizo en Kaunas, con 17 puntos y 3 rebotes. El equipo se anotaba el primer asalto.

En el partido más importante de la historia del club, Claver ya era consciente del alcance de su lesión. Las primeras pruebas aconsejaban reposo durante, al menos, un par de meses. El Valencia Basket debía ganar por 3 puntos a un Fenerbahçe que también se lo jugaba todo. Y debía hacerlo sin su hombre insignia.

Esta vez fueron Cook y Javtokas los encargados de liderar una victoria que significaba mucho más que un billete para los cuartos de final de la Euroliga. Precisamente otro de nuestros protagonistas, James Augustine, aportaba 8 puntos casi consecutivos, determinantes en la recta final del encuentro, cuando los de Spahija aún se veían con opciones.

La mala suerte volvió a visitar la Fonteta tan sólo tres días después. En el partido correspondiente a la 23ª jornada ante el Blancos de Rueda Valladolid, donde el Power lograba una nueva victoria, Augustine se retiraba con mala cara al banquillo, ya en el último cuarto. Tampoco transmitía esperanza la mirada del fisio que parecía temerse lo peor.

El ala-pívot de Illinois ya había tenido problemas en verano. Un endema óseo en el segundo metatarsiano del pie izquierdo le había mantenido al margen del equipo durante las once primeras jornadas, sin poder debutar con la camiseta taronja. Esta vez se trataba de algo más grave. Ese pequeño hueso estaba ahora fracturado. Curiosamente, y por desgracia, una lesión prácticamente idéntica a la que sufría su compañero Claver tan sólo unas semanas antes.

Florent Pietrus, quien empezara como temporero en el conjunto valenciano, y que poco a poco ha ido ganándose la confianza de Svetislav Pesic, podría ser una alternativa de lujo para el Valencia Basket. Un hombre trabajador, acostumbrado a aparecer en momentos intermitentes para suplir lesiones (ya se perdió las dos últimas jornadas por la reincorporación de Richardson), puede pasar ahora a un primer plano.

En cualquier caso, con James ausente durante al menos cuatro semanas, el Power Electronics Valencia deberá afrontar otros compromisos delicados. Sin ir más lejos, mañana mismo se juegan la tercera posición de la ACB ante un Caja Laboral que en casa resulta prácticamente imbatible. Y a partir del día 22, comienza una trepidante eliminatoria contra el Real Madrid, en la lucha por estar en la Final Four de la Euroliga.

Un Real Madrid que, sin lesiones, también llega a esta serie en una situación, cuanto menos, anómala. Ettore Messina, hasta ahora entrenador del club blanco, presentaba su dimisión el fin de semana pasado. Resulta difícil saber hasta qué punto puede este hecho ser determinante, en qué medida puede tener repercusiones sobre una plantilla que ahora está bajo las órdenes de Emanuelle Molin.

Lo que parece evidente es que, pese a no poder contar con la presencia de figuras tan importantes como Claver, Augustine o el propio Messina, sí disfrutaremos de una eliminatoria intensa y atractiva. Con un 2-1 favorable a los merengues en los enfrentamientos de esta temporada, estos cuartos de final europeos nos brindarán espectáculo y emoción por doquier. Los desafortunados lesionados deberán conformarse con hacer fuerza desde el banco, y esperar reaparecer cuanto antes.